Barea Ogazón, Arturo

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Barea Ogazón, Arturo

Nacimiento: 20/9/1897, Badajoz, provincia de Badajoz

Fallecimiento 24/12/1957, Londres (Reino Unido)

Biografía:

Nació en el seno de una familia humilde y con dificultades económicas, puesto que su padre murió cuando sólo contaba con meses de vida. Esta desgracia provocó su marcha a Madrid, con cuatro hermanos y su madre, quien tuvo que trabajar como lavandera y asistenta. A falta de recursos económicos suficientes, Arturo fue criado por unos parientes sin descendencia.
Su educación infantil la realizó en un colegio religioso, pero la muerte inesperada de su tío José en 1911 truncó sus esperanzas de llegar a ser ingeniero. Se vio obligado a emplearse sucesivamente como aprendiz en un taller de bisutería; como meritorio, primero, y empleado con sueldo después, en el banco Crédit Lyonnais; fue empleado en una oficina y en una agencia de patentes, y viajante de un vendedor alemán de diamantes. Durante el tiempo en que trabajó en el banco se hizo miembro de la UGT. Con el dinero ahorrado y la herencia de su tío, montó a los dieciocho años una fábrica de juguetes en colaboración con sus hermanos, pero la empresa fracasó y, desesperado por su situación, se planteó la posibilidad de enrolarse en un circo. Sus inclinaciones a la escritura le hicieron pensar en dedicarse a la literatura, pero las dificultades para encontrar un hueco en el panorama literario y sus urgentes necesidades económicas le hicieron desistir. Finalmente, consiguió un puesto de secretario en una fábrica de aviones. Estas peripecias en un periodo tan corto de tiempo le llevaron a la conclusión de que el mundo no le gustaba y pensó que debía cambiarlo. De formación autodidacta, desde muy joven sintió una clara conciencia social y desarrolló una marcada ideología de izquierdas.
Durante el servicio militar, participó en la Guerra de Marruecos y allí retomó su vocación de escritor que le había nacido en la adolescencia cuando escribía para la revista del colegio. A ello contribuyó la experiencia de la terrible derrota de Annual en 1921 que le marcó para siempre. Por sus méritos militares dejó el ejército siendo oficial de reserva. En 1924 se casó, tuvo cuatro hijos y volvió a trabajar en el sector de las patentes donde llegó a tener una situación acomodada.
En tiempos de la II República se incorporó activamente a la vida sindical de la UGT, sin embargo hasta 1936 fue un completo desconocido. Cuando estalló la Guerra Civil, ejerció de periodista y pasó a formar parte de la Oficina de Censura de Prensa Extranjera del Ministerio de Estado. Precisamente fue la guerra la que marcó su quehacer humano y profesional. Como hombre de su tiempo, no permaneció indiferente ante los desastres que le tocó vivir y que le condujeron a adoptar una postura de marcado signo comprometido y a defender su ideología republicana. Cuando el Gobierno se trasladó a Valencia en noviembre, fue jefe de censura de prensa de los corresponsales extranjeros en el Madrid sitiado. También estuvo a cargo de las emisiones de Radio Madrid, bajo las órdenes del general Miaja. A partir de mayo de 1937 inició unas charlas por radio de carácter propagandístico y literario en las que utilizaba el seudónimo de « La voz incógnita de Madrid». En 1938 publicó un libro titulado Valor y miedo donde narraba los bombardeos sobre la capital y el terror de la población ante ellos. Lo integraban veinte relatos de gran uniformidad de contenido y forma que pueden considerarse verdaderas crónicas periodísticas. En ese año, tras divorciarse de su primera mujer, se casó con Ilsa Kulcsar, una periodista austriaca, con quien se exilió a Gran Bretaña a mediados de 1938. Allí compaginó su labor como escritor y su actividad radiofónica en la BBC en español para Iberoamérica con el seudónimo de «Juan de Castilla».
Al principio de su estancia en Inglaterra, Barea publicó varios trabajos en el periódico londinense Reynolds News sobre la 5.ª columna durante la contienda española, ya que el tema preocupaba entonces mucho en Gran Bretaña. A partir de 1940 comenzó ya su colaboración asidua con la BBC, en la que destacaron sus charlas sobre los acontecimientos de la II Guerra Mundial. Desde 1941 escribió narraciones breves para dicha emisora y produjo guiones para charlas para el programa Radio Magazine. Según L. Monferrer, preparó más de 860 guiones de una longitud media de unos cinco folios que solían ocupar doce minutos. Muchas de las charlas tenían como objetivo subyacente contrarrestar contradecir y descalificar las emisiones de radio alemana. A Barea siempre le nombraban con un apodo entre familiar y ridiculizante, «don Pepito», que llegó a servir de denominación para un programa fijo, «Las tribulaciones de don Pepito», cuyo contenido estaba pensado para ridiculizar a los nazis.
El compromiso político de Ilsa y Arturo quedó de manifiesto con la protesta que hicieron y la campaña que promovieron contra los programas que la BBC emitía para la España franquista. Los dos enviaron cartas y artículos al periódico The New Statesman, quejándose de los errores y de la manipulación de los contenidos de la programación. Publicó también en el Saturday Evening Post y en la revista Horizon destacó con un artículo titulado «Not Spain but Hemingway», en el que comentaba la novela recién editada de Hemingway For Whom the Bell Tolls. Igualmente algunas de sus charlas radiofónicas fueron publicadas en The Spectator y muchos de sus escritos los podemos encontrar en la revista Españoles, órgano de la asociación que pretendía unificar a los exilados en Gran Bretaña, pero su firma no fue habitual en prensa exiliada.
En 1952 se marchó durante unos meses a Estados Unidos contratado como profesor de literatura. Sus impresiones quedaron reflejadas en casi 30 guiones emitidos en la emisora británica para la que siguió trabajando.
En 1956, patrocinado por la BBC, viajó a diversos países iberoamericanos como Argentina, Chile y Uruguay en los que había una importante audiencia de sus programas. En Buenos Aires y en Chile pronunció varias conferencias sobre España. En Montevideo la prensa le dedicó comentarios elogiosos y el Centro Republicano Español le declaró «Huésped de Honor».
Entre sus novelas, destacan La raíz rota y las tres obras autobiográficas que redactó en Inglaterra entre 1940 y 1945, y que al publicarse juntas se titularon La forja de un rebelde. Su estilo es vigoroso y su obra es considerada la mejor novela de la narrativa del exilio, junto a la de Ramón J. Sender. Escribió ensayos como Lorca, El poeta y su pueblo (1944) y Unamuno (1955); y cuentos, como el ya mencionado Valor y miedo (1938) y El centro de la pista (1960).
En 1948 solicitó y obtuvo la nacionalidad inglesa como forma de sobrevivir. Murió en Londres en diciembre de 1957 después de casi veinte años de exilio del que nunca volvió. [M ESF]

Bibliografía
Barea, Arturo, La forja de un rebelde, introducción de Nigel Townson, Madrid, Debate, 2000.
— Palabras recobradas. Textos inéditos, introducción de Nigel Townson, Madrid, Debate, 2000.
Herrera Rodrigo, María, «El joven rebelde que quiso ser payaso. Arturo Barea en el centro de la pista», Quimera, n.º 252, enero de 2005, pp. 38-41.
Monferrer Catalán, Luis, «La colaboración de Arturo Barea, “Juan de Castilla”, en la BBC», en: Manuel Aznar Soler (ed.), El exilio literario español de 1939. Actas del Primer Congreso Internacional (Bellaterra, 27 de noviembre-1 de diciem- bre de 1995), Barcelona, GEXEL/Universidad Autónoma de Barcelona, 1998, vol. 1, pp. 159-168.

Véase además Barea Ogazón, Arturo (Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1975)