González Gil, Ildefonso

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González Gil, Ildefonso

Nacimiento: 15/9/1909, Las Cabañas de Castilla, provincia de Plasencia

Fallecimiento 27/10/1989, París (Francia)

Biografía:

Anarcosindicalista y publicista anarquista. Utilizó varios seudónimos:
«Sacha Yegulef», «Enrique Castañeda», «Ion», «Alceste», «Osnofdelig»,
«Gregorio Quintana» o « Ildeión», y era conocido simplemente como
«Ildefonso».
A los tres años emigra con sus padres a Argentina. Apenas tendrá tiempo de ir a la escuela, ya que comienza a trabajar a la edad de once años. Entonces vendía periódicos y luego hacía de limpiabotas, vendedor de dulces, etc. En 1924 trabajaba como aprendiz de jardinero y como ocurrió con muchos de los españoles que llegaron a Argentina en las primeras décadas del siglo xx, se acercó al anarquismo: un año más tarde se afiliaba a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Comienza entonces una agitada militancia con mítines, huelgas y protestas que le conducen a la cárcel ya en 1925. Estuvo muy activo en la campaña a favor de Sacco y Vanzetti, tal y como reflejó desde las páginas de El Obrero Albañil. Por esa época fue también secretario del Ateneo Obrero y Cultural de Bocas y Barracas, se involucró en el grupo teatral «Arte y Naturaleza» y participó en la conflictividad portuaria enfrentándose a los grupos de la Liga Patriótica. Su actividad publicística se refuerza cuando se convierte en corresponsal de La Revista Blanca, de la familia Urales en Barcelona.
La dictadura de Uriburu en 1930 lo deporta, como a muchos de sus compañeros. En Montevideo coincide con Diego Abad de Santillán, que se encuentra en su misma situación, y fundan el periódico La Tierra. No sería la última vez que trabajarán juntos: la relación entre ambos durará muchos años, hasta tal punto que, según Mariano Casasús —que se hizo cargo de los fondos documentales de ambos para trasladarlos a la Biblioteca Arús—, Ildefonso fue realmente el secretario de Santillán durante largo tiempo. Continúa su actividad organizativa en Uruguay en el Ateneo Libre, el centro Ariel y en la secretaría de la Universidad Popular, hasta que en 1933 es desterrado de vuelta a su país de nacimiento, donde retoma su militancia.
En el verano de 1934 se ocupa en Barcelona de la secretaría de la Federación Local en sustitución de Peirats. Por entonces también Santillán está de vuelta para quedarse después de las decepciones sufridas por la pasividad del movimiento anarquista argentino tras la llegada de la dictadura. Ambos, junto con figuras que empiezan a destacar dentro de la FAI, entre ellas Pedro Herrera, Germinal de Souza o Fidel Miró, fundan el grupo «Nervio», recogiendo el nombre de una editorial creada por Santillán en Argentina. En poco tiempo, el grupo acapara los cargos dirigentes dentro del Comité Peninsular; en 1935, Santillán ya es secretario y Fidel Miró asume el mismo cargo en las Juventudes Libertarias. En realidad, Ildefonso había ocupado la Federación Local tras un pleito en el que el grupo «Nervio» se había enfrentado al grupo «Nosotros» —de Durruti, Ascaso, García Oliver, Jover y Aurelio Fernández— en la discusión sobre la utilización de las tácticas insurreccionales que defendían los antiguos «Solidarios». De la disputa salió perdiendo Peirats, que tuvo que entregar el sello de la Federación, y el grupo «Nervio» quedó notablemente reforzado. Con el control de los comités, llega también el de los órganos de prensa. En 1934, cuando comienza el influjo del grupo, Santillán recibe la misión de relanzar las publicaciones de los grupos catalanes de la FAI y ocupa la dirección del semanario Tierra y Libertad, en el que también colabora Ildefonso mientras se encarga a su vez del clandestino FAI.
Los sucesos de octubre de 1934 le obligan a huir a La Coruña, donde ocupa la secretaría de Defensa de la CNT gallega y dirige también Brazo y Cerebro. Vuelve a Barcelona en febrero de 1936 y se encarga de la vicesecretaría de la FAI catalana, también en poder del grupo «Nervio». Vive de empleos esporádicos, peón de albañil en La Coruña, trabajador en una fábrica de cerveza en Barcelona.
Llegada la guerra, lucha en las calles en los primeros días, se opone a la creación de las patrullas de control y después marcha al frente en la batería Sacco y Vanzetti, hasta que se impone la militarización de las milicias que también rechaza. Al parecer, no interviene en la ocupación que sus compañeros de grupo hacen de los cargos en los distintos organismos institucionales que los anarquistas obtienen gracias a la colaboración. El resto de la guerra trabaja en una fábrica de Barcelona y en febrero de 1939 se exilia en Francia.
Detenido en el campo de concentración de Septfonds, consigue salir para unirse a la resistencia contra los alemanes y, finalizada la contienda, se establece en Burdeos, donde prosigue su infatigable labor de propagandista y organizador. Está activo en la CNT, la FAI y la AIT, e incluso intenta reconstruir la USI italiana. Parece ser que junto con otros miembros del grupo « Nervio» funda una nueva publicación con la antigua cabecera de Tierra y Libertad que volverá a ser clave en el exilio. Con Alaiz edita también Impulso, dedicado a la defensa del sector ortodoxo del Movimiento Libertario, que combatía las posturas a favor de una nueva colaboración con las fuerzas republicanas en el exilio.
Asistió al Congreso de París de mayo de 1945 en el que los «pieles rojas» accedieron al control del Comité Nacional de la CNT en el exilio. También estuvo presente en el Congreso de Toulouse del Movimiento Libertario de 1946, como miembro del secretariado de relaciones anarquistas. Intervino también en la organización del Congreso de la FAI en el exilio de 1949 y se encargó de organizar la sección bibliográfica del Comité de Relaciones Internacionales Anarquistas, así como de sus ediciones y archivos. No obstante, la situación de división que vivió el movimiento durante los años del exilio le reportó críticas de la FAI, que acabó expulsándolo. Se adhirió entonces a las posturas de Frente Libertario. Aun así, su fidelidad a las ideas libertarias se mantuvo. Continúa su militancia en otras organizaciones; en 1967 está presente en el Congreso de la AIT en Burdeos como delegado de la FORU (Uruguay) y en 1974 acude a la Conferencia de Narbona. En los últimos años, una parálisis le obligó a bajar el ritmo de sus actividades.
Dirigió: FAI (Barcelona, 1934-1935), Brazo y Cerebro (La Coruña,
1935-1936). Colaboró en: El Obrero Albañil (Buenos Aires, 1925), Esfuerzo (Barcelona, 1937), Cenit (Toulouse, 1951), Le Combat Syndicaliste (París, 1963), Frente Libertario (París, 1970-1977), Solidaridad Obrera (Paris), Tierra y Libertad (París y México), Voluntad (Montevideo), Boletín de SPRI (después de la CRIA), L’Internazionale. Es autor de El hombre y su obra, la pasión de Ugo Fedeli (París, 1964), Material de discusión para los militantes de la CNT de España (Brighton, 1945-1946). Será también responsable de una gran obra de divulgación sobre el movimiento libertario español. [RNC]

Bibliografía
Abada de Santillán, Diego, Memorias, 1897-1936, Barcelona, Planeta, 1977.
García Oliver, Juan, El Eco de los pasos, Paris, Ruedo Ibérico, 1978.
Herrerín López, Ángel, La CNT durante el franquismo: clandestinidad y exilio
(1939-1975), Madrid, Siglo XXI, 2004.
Íñiguez, Miguel, Enciclopedia histórica del anarquismo español, Vitoria, Asociación
Isaac Puente, 2008, vols. I y II.
Miró, Fidel, Anarquismo y anarquistas, Ciudad de México, Editores Mexicanos
Unidos, 1979.
Navarro Comas, Rocío, Propaganda y periodismo político en tiempos de guerra.
Diego Abad de Santillán y la afinidad anarquista (1919-1939), Tesis doctoral, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2007.
Peirats Valls, Josep, La CNT en la revolución española, Cali (Colombia), Madre
Tierra/Asociación Artística La Cuchilla, 1988, 3 vols.
Tavera, Susanna y Ucelay-Da Cal, Enric, «Grupos de afinidad, disciplina bélica y periodismo libertario, 1936-1938», Historia Contemporánea, n.º 9, 1993, pp. 167-190.