Madrid, Francisco

Archivo

Madrid , Francisco

Nacimiento: 1890, Barcelona, provincia de Barcelona

Fallecimiento [1952], Buenos Aires (Argentina)

Biografía:

Francisco Madrid, cuyo verdadero nombre era Carlos Madrigal, nació en Barcelona en 1890. Estudiante no demasiado brillante, acabó el bachiller con bastantes dificultades, no debido a su inteligencia, sino al poco esfuerzo que dedicaba a las enseñanzas regladas. Por el contrario, demostró desde niño una especial inclinación hacia la escritura, enviando escritos a los periódicos más famosos de su ciudad.
Tras unos años trabajando en una imprenta y escribiendo en periódicos dependientes de los círculos y ateneos republicanos de Barcelona, comenzó a colaborar en 1908 en El Poble Català, periódico nacionalista moderado que resultó de una escisión de la Lliga Regionalista. En su redacción conoció a Andreu Nin, Antoni Rovira i Virgili, Eugenio Xammar y Gabriel Alomar. Sus artículos mordaces y osados le llevaron a la cárcel en más de una ocasión, pero al mismo tiempo le granjearon un prestigio que llamó la atención del abogado y empresario Amadeo Hurtado, quien en 1922 lo llamó para formar parte de la redacción de La Publicitat. Hurtado, republicano y nacionalista, había decidido, en otras personalidades como Lluís Nicolau d’Olwer, formar un fuerte grupo periodístico progresista, junto a los rotativos madrileños El Liberal y Heraldo, para los que también trabajaría Madrid.
La vida periodística de Francisco, hombre cautivador, vitalista, inquieto, despierto y dado a todos los placeres de la vida, estuvo siempre ligada a los proyectos de Amadeo Hurtado, a quien consideraba su verdadero maestro. Por indicación suya, en 1923 se hizo corresponsal en París de La Publicitat, Heraldo y El Liberal, enviando artículos también a La Voz, de Madrid, El Liberal, de Bilbao, El Pueblo, de Valencia, y El Luchador, de Alicante. Fue durante su estancia en París cuando conoció a Carlos Esplá, con quien en adelante compartiría profesión, ideales, bohemia, sacrificios y venturas, trabándose entre los dos una amistad indestructible. Carlos Esplá había llegado a París con unas cuantas corresponsalías de periódicos republicanos y progresistas que pagaban mal, pero no lo suficientemente mal como para agotar su ánimo revolucionario. Decidido a reunir a todos los exiliados en París, montó una tertulia en el Café de La Rotonde. Francisco Madrid sería uno de los primeros en acudir a su llamada, llegando a convertir el famoso café de Montparnasse en el principal centro de las conspiraciones contra la dictadura de Primo de Rivera.
En 1925, llamado por Amadeo Hurtado para encargarse en Madrid de la redacción de Heraldo, abandonó la Ciudad de la Luz, aunque no las conspiraciones en las que estaba inmerso junto a Esplá, Solsona, Unamuno, Blasco Ibáñez, el Dr. Luna, Gorkin, conspiraciones que, tras un intento fallido en 1926, fructificarían en la insurrección de Valencia de enero de 1929, que si bien fracasó, marcó el principio del fin de la dictadura y de la monarquía. Después de la intentona revolucionaria de Valencia, Madrid regresó forzosamente a París, conservando sus corresponsalías en los periódicos de Amadeo Hurtado.
Pocos meses antes de proclamarse la República, regresó a España, volviendo a trabajar en Heraldo. En julio de 1931 el Gobierno Provisional ofreció a Esplá el Gobierno Civil de Barcelona para que intentase, dadas sus buenas relaciones con los nacionalistas moderados catalanes, aquietar la conflictividad social que vivía la ciudad y acelerar los trámites para la elaboración del Estatuto de Cataluña. Francisco Madrid le aconsejó que, pese a la obligación ética que se derivaba de su compromiso republicano, renunciara. Esplá no sólo rechazó los consejos de su amigo, sino que le nombró secretario del Gobierno Civil, cargo en el que permanecería hasta marzo de 1932.
En 1932 estaba de nuevo en la redacción de La Publicitat, defendiendo la obra del Gobierno de Azaña. Tras la huelga de 1934, el diario de Hurtado fue cerrado, siendo sustituido por Mirador, en cuya redacción trabajaría de nuevo Francisco Madrid. Ambos diarios, Mirador y La Publicitat, que reaparecería en 1935, serían los últimos en los que trabajó Madrid antes de abandonar España tras el triunfo de los militares sublevados.
Exiliado durante unos meses en Gran Bretaña y Francia, su verdadero destierro transcurrió en Argentina, donde escribió para Noticias Gráficas y La Nación, trabajo que compaginó con el de guionista de cine, locutor de radio y adaptador de obras de teatro de Alejandro Casona, con quien tuvo una relación muy estrecha.
Obras destacadas: Los desterrados de la dictadura (Madrid, 1930); Ocho meses y un día en el Gobierno Civil de Barcelona (Barcelona, 1932); Cine de hoy y mañana (Buenos Aires, 1945). Escribió también, entre otros, los guiones de las siguientes películas argentinas: Despertar a la vida (Buenos Aires, 1945); María Rosa (Buenos Aires, 1946); La copla de la Dolores (Buenos Aires, 1947); Sombras en la frontera (Buenos Aires, 1951). [PLAV]

Bibliografía y fuente
Angosto Vélez, Pedro Luis, Carlos Esplá, una biografía política, Tesis doctoral, Alicante, Universidad de Alicante, 2000.
Filmoteca Nacional Argentina, Buenos Aires.