El pacto de San Sebastián

El día 17 de agosto de 1930 se cerró el denominado “Pacto de San Sebastián” en una reunión celebrada en el Casino Republicano de esa ciudad entre republicanos, socialistas y catalanes, presididos por el titular de la entidad anfitriona, Fernando Sasiaín, siendo los participantes Alejandro Lerroux, por Alianza Republicana; Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Ángel Galarza, por el Partido Radical Socialista; Manuel Azaña, por Izquierda Republicana; Santiago Casares Quiroga, por la Organización Regional Gallega Autónoma (ORGA); Manuel Carrasco Formiguera, por Acció Catalana; Matías Mallol, por Acció Republicana de Catalunya; Jaime Aiguadé, por Estat Catalá; Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, por la Derecha Liberal Republicana; así como Indalecio Prieto y Fernando de los Rios, a título individual, pues el PSOE no había querido participar hasta conocer el resultado de la reunión. Asistieron como invitados Eduardo Ortega y Gasset y Felipe Sánchez Román.

Carrasco Formiguera planteó desde un principio que la mera proclamación de la República supondría de facto la más absoluta autonomía para Cataluña, propuesta que, tras largo debate, quedó condicionada a que el pueblo catalán así lo decidiera tras ser consultado libremente. El acuerdo final no encontró obstáculo alguno en cuanto al establecimiento del plan para proclamar la República, incluida la huelga general y la necesidad de contar con la colaboración de socialistas y cenetistas. De igual modo, se nombró un comité ejecutivo compuesto por: Alcalá Zamora, Maura, Prieto, Azaña, Álvaro de Albornoz, Marcelino Domingo y De los Ríos.

Durante los meses de septiembre y octubre, Alcalá Zamora y Azaña se reunieron en varias ocasiones con una representación de socialistas y ugetistas, integrada por Besteiro, Cordero y Saborit, acordándose que ambas organizaciones apoyarían un movimiento revolucionario republicano, pero que la huelga general solo comenzaría cuando las tropas sublevadas en favor de la República estuviesen ya en la calle. Los trabajadores darían su apoyo, pero no serían el eje vertebrador del movimiento, a pesar de la heterogénea multitud que acudió el domingo, 28 de septiembre, al mitin de la abarrotada plaza de toros de las Ventas.

Por fin, el día 20 de octubre se celebró una reunión conjunta de las comisiones ejecutivas de PSOE y UGT, en la que se decidió la incorporación al Pacto y la participación en el futuro gobierno provisional de la República con tres ministros. La resolución fue aprobada por 8 votos contra 6, haciéndolo a favor Largo Caballero, De los Ríos, Ovejero, Santiago, Gana, Henche, Cordero y Carrillo; y en contra, Besteiro, Saborit, Anastasio de Gracia, Lucio Martínez, Aníbal Sánchez y Trifón Gómez. Para integrarse en el comité revolucionario y posteriormente en el gobierno provisional, fueron designados Caballero, De los Ríos y Prieto.

Mientras que el movimiento antimonárquico era cada día más popular, la figura política de Prieto fue adquiriendo mayor relevancia, por lo que la ejecutiva socialista, en sesión celebrada el día 31 de octubre, acordó la reincorporación a sus deliberaciones. Fijada la fecha del levantamiento para el 15 de diciembre, se decidió que los miembros del gobierno provisional viajasen a distintas partes del país para organizarlo. Una errónea decisión y un inoportuno accidente automovilístico de quienes trataron de detener su ejecución no lograron conseguirlo, produciéndose el adelanto del levantamiento de la guarnición de Jaca para el día 12, siendo rechazado con firmeza por las fuerzas leales al gobierno. Los responsables fueron sometidos a consejo de guerra sumarísimo, que condenó a muerte a los capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández. El mismo día de la firma de la sentencia, el domingo 14 de diciembre, los condenados fueron fusilados a las 2 de la tarde en las tapias del polvorín de Fornillos, en las proximidades de Huesca. Mientras tanto, el gobierno había detenido a la mayoría de los componentes del provisional republicano.

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