España asume la presidencia del Consejo de las Comunidades Europeas
El 1 de enero de 1989 Felipe González se convirtió en el primer español en presidir el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea, formada por entonces por 12 países miembros.
La presidencia española pivotaría sobre tres pilares fundamentales: la unión económica y monetaria, la política económica y de seguridad común y la ciudadanía europea. El objetivo prioritario sería avanzar en aquellas tareas, alineándose así el gobierno con los defensores de un mayor avance europeo, impulsando una política social en Europa.
De igual manera, la renovación de la Comisión propició la entrada de dos comisarios españoles, Manuel Marín (Cooperación y Desarrollo y Pesca) y Abel Matutes (Política Mediterránea).
El Consejo Europeo de Madrid, celebrado el 26 y 27 de junio en Madrid, supuso el punto de partida hacia la unión económica y monetaria, comenzando el proceso de adaptación hacia la futura moneda única, el euro, con la inicial reticencia de Gran Bretaña, y su primera ministra Margaret Thatcher, obligando a la diplomacia española, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez, y al propio Felipe González a esforzarse en la mediación con la delegación británica logrando un acuerdo final que supondría el inicio de las fases hacia la Unión Monetaria el 1 de julio de 1990. Este acuerdo supuso la ratificación del conocido como “Informe Delors” (presentado en Luxemburgo en abril), semilla del futuro Tratado de Maastricht, firmado en 1992, consiguiendo que la Unión Europea caminase hacia un espacio de integración política más allá de la inicialmente económica.
Además de estos importantes avances hacia la unión europea, la presidencia española tuvo que tratar temas como el conflicto de Oriente Medio, la firma de un acuerdo con Estados Unidos sobre la guerra de las hormonas –en la que Europa prohibió importar carnes tratadas con hormonas anabólicas y Estados Unidos respondió subiendo los aranceles a los productos europeos–, el primer acuerdo comercial de la CE con la URSS, la persecución jomeinista del escritor Salman Rushdie, así como a la represión de los estudiantes en la plaza de Tian’anmen en Pekin. Sin embargo, España no consiguió un acuerdo sobre la condonación de la deuda latinoamericana.