La Fundación Pablo Iglesias, en colaboración con el International Center of Photography (ICP) de Nueva York, presentó en Madrid la Exposición ¡Esto es la guerra!, compuesta por fotografías de Robert Capa y Gerda Taro.
La exposición se presentó en el Círculo de Bellas Artes desde el 14 de julio al 15 de septiembre de 2010.
Robert Capa (1913-1954) es sin duda uno de los fotógrafos más apreciados del siglo XX. Muchas de sus instantáneas famosas, como La muerte de un miliciano, tomada durante la Guerra Civil Española, o el seguimiento del desembarco de las tropas estadounidenses en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, han servido para identificar los grandes conflictos bélicos de la historia. Aquellas imágenes se convirtieron en auténticos iconos gracias a su continua aparición en numerosas revistas internacionales. Tal fue el contexto en el que Capa trabajó, se dio a conocer y desarrolló su talento magistral para la fotonarrativa cinemática. Sus fotografías vieron la luz en numerosas publicaciones de calidad visual y políticamente comprometidas de mediados del siglo XX, tanto americanas como europeas: Vu, Regards, Match, Picture Post y, naturalmente, Life. Mediante primeras copias, hojas de contacto, pies de foto, cartas personales e impresión en revistas, el fotógrafo fue dando a conocer los resultados de su trabajo en paralelo al proceso de elaboración de sus seis narraciones más importantes: La muerte de un miliciano (1936), La guerra chino-japonesa (1938), La batalla del río Segre (1938); Los refugiados de la frontera (1939), el Día D (1944), y La liberación de Leipzig (1945).
En 1936, nada más estallar la Guerra Civil Española, la fotógrafa Gerda Taro se unió a los numerosos colegas que apoyaban la causa antifascista. Como Ernest Hemingway, Langston Hughes y su compañero, Robert Capa, Taro trabajó para la República Española, el gobierno elegido por votación popular y asediado por la rebelión militar del general Francisco Franco. A lo largo de un año de impresionante productividad en el frente, Gerda Taro tomó algunas de las instantáneas más dramáticas de aquella guerra, que aparecieron en numerosas publicaciones. Por desgracia, la obra de Taro en España constituye la totalidad de su brevísima carrera, debido a que en julio de 1937 se convirtió en la primera fotógrafa muerta en acto de servicio.
