Arana Alcrudo, José Ramón

Archivo

Arana Alcrudo, José Ramón

Nacimiento: 13/3/1905, Garrapinillos, provincia de Zaragoza

Fallecimiento 23/7/1973, Zaragoza, provincia de Zaragoza

Biografía:

Hijo único del maestro de escuela Ventura Ruiz Lara y de Petra Borau Alcrudo. La muerte de su padre, cuando contaba con ocho años, fue decisiva en la forja de su carácter. A partir de entonces vivió una dura influencia y recibió una sobreprotección materna que le influyó en sus relaciones personales.
De formación autodidacta, ejerció diferentes profesiones en lugares diversos. A los doce años se trasladó a Zaragoza, donde empezó a trabajar en una imprenta y después en trabajos precarios en comercios, fábricas, oficinas… Por aquella época empezaron sus inquietudes políticas, los balbuceos literarios y la que quizá fue su primera colaboración en la revista zaragozana Pluma Aragonesa. Muchos pasajes de esta primera etapa de su vida fueron recogidos en su relato ¡Viva Cristo Rey!
A los veinte años se trasladó a Barcelona y conoció a Mercedes Gracia, con la que contrajo matrimonio del que nacieron cinco hijos. Allí trabajó en una fundición, Can Girona, nombre de una de sus novelas casi autobiográficas, donde entrará en contacto por primera vez con la política. Ingresó en la CNT y posteriormente fue dirigente sindical bancario de la UGT. No se adaptó al ritmo de vida de la capital catalana y volvió de nuevo a Zaragoza junto a su madre. En esta ciudad le sorprendió la República, la guerra y la huida a Francia.
Durante la guerra, participó como consejero de Obras Públicas y posteriormente como consejero de Hacienda en el Consejo de Aragón. Asistió en la pequeña localidad de Monegrillo a la llegada de las columnas anarquistas procedentes de Barcelona y se trasladó a Lérida con su familia, para contactar con su sindicato, la UGT, y con el que sería su gran amigo, Manuel Andújar. Junto a él inició la puesta en marcha del diario leridano UHP (Uníos, Hermanos Proletarios), escribió para Nuevo Aragón y mantuvo estrechos contactos con los comunistas. En esta época entabló relaciones con M.ª Dolores Arana y viajó a la URSS por cuestiones de carácter político.
A principios de 1939 salió hacia Bayona con una misión del servicio de información controlado por el PCE. En Francia, ya como exiliado, adoptó el seudónimo de «Arana» para salvar su vida y cumplir con el deseo de tener una personalidad inventada con la que que fuera capaz de sentirse bien consigo mismo. De hecho, su vida privada transcurrió entre el recuerdo de la familia que había dejado en Zaragoza y las dos uniones sentimentales que tuvo en México.
En Francia fue internado en el campo de concentración de Gurs, del que logró escapar para su exilio americano. Primero estuvo en Cuba, Martinica y República Dominicana, y finalmente se asentó en México en
1941, donde inicialmente ejerció de librero ambulante, de cuya labor se harán eco Simón Otaola en La librería de Arana y Carlos Martínez en su Crónica de una emigración. La vida de José Ramón Arana se tornará enormemente pintoresca y muy activa. Durante los primeros años de exilio desarrolló una febril actividad creativa, política, de publicaciones y de tertulias.
Fundó junto a Manuel Andújar la revista Las Españas (1946-1956), que pretendía erigirse como una revista literaria independiente, siendo su aspiración difundir la cultura y ser un instrumento útil para la reconstrucción de la República. Ambos emprendieron una nueva aventura editorial con Cuadernos del destierro, donde se publicaron poemas y escritos breves de otros exiliados. Colaboró en otros medios del exilio que se editaban en México y Francia, en muchas ocasiones con su nombre o seudónimos («Abenámar», «Pedro Abarca», «Juan de Monegros», «Medea» y «Celtiberión»).
Dirigió la revista Aragón (1943-1945) y fue creador y editor de Diálogo de las Españas (1957) y Crisol. En estos años escribió la sección «La hora de España» en el diario El Popular y participó con numerosos artículos en la revista bimestral de la CNT Comunidad Ibérica (1962-1971). Trabajó también en las editoriales Aquelarre y Monearos en las que colaboró, entre otros, Ramón J. Sender.
El año 1957 fue para Arana un año prolífico en publicaciones dando a la luz varios ensayos como Antonio Machado y Pablo Casals, Cartas de Antonio Machado a Miguel de Unamuno y Esta hora de España. A partir de 1960, consiguió trabajo fijo en la editorial González Porto, y durante estos años de estabilidad económica puso en marcha varios proyectos, entre ellos están sus memorias noveladas, un cuento que no llegará a concluir que tituló Cristobalón y el ensayo Sancho y su alma, también inédito. En 1967 publicó bajo el seudónimo de «Pedro Abarca», De pereza mental, ensayo crítico que constituye una rigurosa meditación sobre España, y al año siguiente, en Cartas a las jóvenes generaciones españolas recogió cartas escritas desde mediados de 1956 hasta finales de 1963. La recuperación del pasado se convertirá en una obsesión. Tiempo que será mitificado y por ello muchas páginas de la guerra y del exilio son doblemente trágicas, porque condicionan la explicación y comprensión del pasado y, de resultas de ellos, también el presente. De regreso a España en 1972 se instaló en Barcelona.
Su obra literaria es muy extensa. Cultivó diversos géneros como la poesía en Mar del norte y Mar negro (1938), publicados con el nombre de José Ruiz Borau, Ancla (1941) y A tu sombra lejana (1942); el ensayo en Antonio Machado y Pablo Casals (1957), y Esta hora de España (1962); el teatro en Venturián (1951); la novela en El cura de Almuniaced (1952), además de la ya citada Can Girona, publicados ya bajo su nueva personalidad de Arana. Murió, después de una larga enfermedad, en Zaragoza en julio de 1973, con el nombre inventado de José Ramón Arana Alcrudo, pero enfrentado a su verdadero nombre, que es el que ha quedado grabado en la lápida que recuerda al yaciente: José Ruiz Borau. [M ESF]

Bibliografía
Andújar, Manuel, «Epístola a José Ramón Arana, amigo y compañero», en: Gran- des escritores aragoneses en la narrativa española del siglo xx, Zaragoza, Ediciones de Heraldo de Aragón y Zaragoza, 1981, pp. 157-248.
Arana, José Ramón, Can Girona. Por el desván de los recuerdos, Madrid, Al-Borak, 1973.
Barreiro, Javier (ed.), José Ramón Arana. Poesías, Zaragoza, Rolde de Estudios
Aragoneses/Diputación de Zaragoza, 2005.
Esteve Juárez, Luis A., « Los “primeros” libros de José Ramón Arana», en: Manuel Aznar Soler (ed.), Escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, Sevilla, Biblioteca del Exilio/Renacimiento, 2006, pp. 873-881.
Fernández Clemente, Eloy, «La figura y la obra de José Ramón Arana» y «Otras empresas de José Ramón Arana: Las Españas», en: VV. AA., Los aragoneses en América (siglos xix y xx), Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2003, vol. 2, pp. 109-123.
Fernández Jiménez, Fernando, «La temática del exilio en la narrativa del José Ramón Arana», en: M.ª Teresa González de Garay y Juan Aguilera Sastre (eds.), El exilio literario de 1939: actas del Congreso Internacional celebrado en la Universidad de La Rioja del 2 al 5 de noviembre de 1999, Logroño/Barcelo-na, Universidad de La Rioja/GEXEL, 2001, pp. 111-126.
Rinaldi Rivera-Rosas, Yolanda, «José Ramón Arana: el escritor olvidado que no podía olvidar», en: Manuel Aznar Soler (ed.), Escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, Sevilla, Biblioteca del Exilio/Renacimiento,
2006, pp. 137-145.
Sanz Villanueva, Santos, «Un escritor aragonés todavía olvidado: reivindicación de José R. Arana», Andalán, n.º 14-15, primavera 1973, pp. 36-37.

Véase además Ruiz Borau, José (Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1975)