Acosta Quintero, Francisco

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Acosta Quintero, Francisco

Nacimiento: 1909, Isora-El Hierro, provincia de Islas Canarias

Fallecimiento 1968, Isora-El Hierro, provincia de Islas Canarias

Biografía:

Pedagogo, sindicalista y experto en lucha canaria. Acosta Quintero bien merece el calificativo de héroe republicano, capaz de resistir escondido ocho años en una isla de unos 300 kilómetros cuadrados y menos de 10.000 habitantes y que, después de sufrir prisión, sale clandestinamente en un velero que, como a otros muchos, le llevará desde la represión franquista en las islas a la libertad en Venezuela.
Era además un buen pedagogo, querido en todo el valle herreño de El Golfo, presidente del sindicato de albañiles y similares de Isora, que destacó en su lucha en favor de la clase obrera y de los más desprotegidos de su tierra. Muy pronto comienza a escribir en los periódicos de El Hierro; primero en el principal de los editados en la isla el titulado El Deber, publicación longeva de carácter republicano moderado; y luego en La Voz del Trabajo, órgano del Partido Socialista en la isla del Hierro. Allí en su número 9 publica un artículo titulado «A los obreros y campesinos herreños», en el que aboga por que se afilien a los sindicatos. Al mismo tiempo colabora en otros periódicos de las Islas Canarias.
Con la sublevación militar, tuvo que ocultarse para no ser apresado y posiblemente fusilado, formando parte del grupo de seis huidos que permanecen escondidos durante muchos años en diferentes lugares de la pequeña isla de El Hierro, pese a las búsquedas de falangistas y guardias civiles, y con el apoyo de sus paisanos. En abril de 1944, en conmemoración de la República, llega a participar en un mitin semiclandestino, en la fuente de Azofa ante unas trescientas personas, a las que informa de la situación internacional, alaba a la República y critica el franquismo. Simultáneamente, en el pueblo de El Pinar y de manera casi espontánea, se forma una nutrida manifestación donde se canta la Internacional y se dan vivas a la República, Azaña y Largo Caballero, y gritos contra Franco. Cabrera Acosta señala que, como resultado de ello, los represores crean un campo de concentración en El Jablito y dictan nuevos Consejos de Guerra. Ese mismo año, con el compromiso del Comandante militar de la isla de que no sufrirían represalias, se entrega con su hermano, los dos últimos huidos de El Hierro, sufren juicio, van a la prisión de Fyffes y tienen que volver a hacer el servicio militar.
Cuando es puesto en libertad, en julio de 1950, parte de forma clan- destina a Venezuela en el velero Joven Gaspar. Con 143 pasajeros salen de la costa de la Victoria de Acentejo en Tenerife, pierden los suministros y los herreños les dicen que vayan al Golfo de El Hierro donde podrán aprovisionarse, cosa que hacen. Zarpan desde allí para llegar 26 días después a Puerto La Cruz en Venezuela y luego a La Guaira, como recogen por aquellas fechas los periódicos El Heraldo y El Universal de Caracas, para pasar internados durante tres meses en la isla de La Orchila y luego a El Trompillo, donde se les permite la estancia en el país.
En Venezuela empieza a escribir para varios periódicos canarios, muchas veces con información de la colonia herreña que residía en el país sudamericano. A partir de los años cincuenta trabaja como corresponsal del rotativo tinerfeño El Día, el principal diario de la provincia, heredero en 1939 del republicano La Prensa y propiedad de Leoncio Rodríguez, uno de los más preclaros periodistas canarios, allí se le publicaban sus artículos en el espacio habitual «Isla del Meridiano». Además de crónicas sobre la colonia canaria en Venezuela, la tierra isleña y las tradiciones, escribió un gran número de artículos sobre la lucha canaria, de la que era aficionado y experto conocedor. También compuso diversas obras teatrales basadas en costumbres populares, que se representaron posteriormente en El Hierro.
Muy unido siempre a su tierra, hasta su muerte se ve condicionada por el aislamiento de la misma. De Venezuela vuelve a su isla natal El Hierro, que en los años sesenta carecía de hospital así como de transporte aéreo, por lo que cuando en 1968 enfermó hubo de ser trasladado a Santa Cruz de Tenerife para recibir tratamiento hospitalario, falleciendo en uno de los antiguos barcos correo de «Transmediterránea». [JGA]

Bibliografía
Acosta Padrón, Venancio, La prensa en El Hierro, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1997.
— El Hierro (1900-1975): apuntes para su historia, Tenerife, Centro de la Cultura Popular Canaria, 2003.
Cabrera Acosta, Miguel Ángel, «La Voz del Trabajo, un periódico obrero herreño en la II República», Gaceta de Canarias, n.º 11, 1984, pp. 15-20.
— La isla de El Hierro durante la II República, Tenerife, Centro de la Cultura
Popular Canaria, 1988.
Izquierdo, Eliseo, Periodistas canarios: siglos xviii al xx, Santa Cruz de Tenerife, Dirección General de Libro, Archivos y Bibliotecas, 2005.

Véase además Acosta Quintero, Francisco (Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1975)