Callejas, Liberto

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Callejas , Liberto

Nacimiento: 1884, Mahón, provincia de Baleares

Fallecimiento 29/12/1969, México DF

Biografía:

Anarquista, trabajador en diferentes oficios y publicista reconocido en la prensa libertaria, con un carácter desorganizado y bohemio. Utilizó el seudónimo de « Marco Floro». No se conocen muchos detalles de su vida, comenzando por su verdadero nombre, que podría ser Alejandro o Juan Callejas Pons o Alejandro Perelló Sintes. Igualmente, su lugar de nacimiento es discutido. García Oliver se refiere a él como «el mallorquín», por lo que hay algunos que sitúan su nacimiento en Palma de Mallorca. Hijo de un republicano federal y masón, era el menor de tres hijos, por lo que al quedarse huérfano de madre, su padre decidió enviarlo a Mahón para que se criara con unos parientes. Volvió con su padre a Mallorca cuando éstos quisieron que cursara sus estudios en el seminario.
En 1917 está ya en Barcelona, relacionándose con los grupos anarquistas catalanes, lo que le llevó a prisión en 1919. Precisamente será en la Modelo donde conoce a Juan García Oliver. Callejas se declaraba un anarquista puro, individualista, enemigo de toda forma de organización, y en la cárcel cuenta García Oliver que se pasaba el tiempo leyendo. Como no pertenecía a ningún sindicato, García Oliver consiguió que el Comité Pro-presos se encargara de él, proporcionándole ayuda legal y económica. Su progresión en los medios libertarios será rápida, y dos años más tarde comienza su relación con la prensa ácrata, cuando sucede a Felipe Alaiz en la dirección de la revista Los Galeotes, de tendencia anarquista, publicada en Tarragona, y que llevará el subtítulo de «Semanario de Estudios Sociales». Trabajando allí, conoce a Hermoso Plaja y ambos iniciarán una amistad que se estrechará en el exilio de México a partir de 1944 y que durará toda la vida.
En 1922 va a Valencia, junto con Felipe Alaiz, como redactor de Solidaridad Obrera, que había sido prohibida en Barcelona por decisión gubernativa, por lo que durante un tiempo tuvo que publicarse en la ciudad levantina. En octubre de ese mismo año participa con otros militantes en la creación del grupo «Los Solidarios», del que también forman parte Juan García Oliver, Aurelio Fernández, Buenaventura Durruti, Gregorio Jover, Ricardo Sanz, Francisco Ascaso, Miguel García Vivancos, etc. Sus objetivos consistían en tomar represalias contra la guerra sucia de la patronal y recaudar fondos mediante atracos. El grupo financió la revista Crisol, que se repartía gratuitamente, estaba dedicada a exponer ideas libertarias y tácticas revolucionarias, y cuyos directores y redactores principales fueron Alaiz y Callejas. Tras el asesinato del Noi del Sucre, Salvador Seguí, asistió en Barcelona a la asamblea del ramo de la madera, donde fue el encargado de leer en voz alta la lista de los anarcosindicalistas asesinados por el pistolerismo.
En algún momento de 1923 (según distintas fuentes en marzo o en noviembre) se encarga de la dirección de Solidaridad Obrera que mantiene hasta enero o febrero de 1924, cuando se exilia en Francia huyendo de la dictadura de Primo de Rivera. Al frente de la publicación confederal le sustituye entonces Hermoso Plaja. Allí se encargó del periódico Liberión (1924), que después pasó a llamarse Iberión, editado por los exilia- dos españoles en Francia y portavoz de la Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española, probablemente financiado por « Los Solidarios». A esta publicación la sustituye como portavoz de los anarquistas españoles Tiempos Nuevos, dirigida por Orobón Fernández, en la que también se encontrarán textos de Callejas. Se gana la vida como carpintero, uno de los múltiples oficios que ejerció. Vuelve a relacionarse con García Oliver, presidió la editorial Anarquista Internacional y fundó La Voz Anarquista. Estuvo por un tiempo en Bélgica, donde se encargó del único número que salió de la publicación La Voz Libertaria y volvió a estar en contacto con «Los Solidarios».
Volvió a España en abril de 1931 y en octubre el Pleno regional de la CNT catalana le designa redactor de Solidaridad Obrera. En agosto de 1932 se decidió que se encargara temporalmente del diario cenetista, debido a que Felipe Alaiz, el director, por entonces estaba en la cárcel. Un nuevo Pleno regional de marzo de 1933 le confirma en el cargo, ya definitivamente, con el voto de la mayoría de los sindicatos, que vuelven a renovarle su confianza en junio del mismo año. Al frente de la publicación estará hasta diciembre de 1933, en que abandona el cargo por decisión propia, alegando motivos de salud, probablemente una tuberculosis que arrastraba desde una estancia en prisión. En 1934 se encargó en Madrid del diario CNT hasta que fue clausurado y volvió a Barcelona, aunque algunas fuentes sitúan este periodo al frente de la publicación madrileña en 1932. En cualquier caso, parece que en 1935 se encontraba de nuevo en Mahón, recuperándose de sus problemas de salud, y allí se ocupará del semanario El Fructidor, órgano del Ateneo Racionalista y de las Juventudes Libertarias de Menorca, que llevaba funcionando desde 1934 pero que se consolidó con la llegada de Callejas.
Nombrado de nuevo director de Solidaridad Obrera en junio de 1936 por votación sindical, tendrá que afrontar los primeros momentos de la guerra. En estos meses, hasta su destitución el 7 u 8 de noviembre, imprimió al diario una línea combativa, exhortando a la revolución y en algunos momentos también a la revancha, o por lo menos a imponer la justicia popular. El lenguaje y los llamamientos por los que empezaba a caracterizarse la publicación en el verano de 1936 preocuparon a los comités dirigentes de la CNT y la FAI que temían que una propaganda así, mezclada con las noticias sobre abusos y desórdenes, afianzara la leyenda violenta de la CNT. El carácter individualista («de principios morales más que rígidos», según García Oliver) y desordenado de Callejas lo hacían también difícil de controlar, cuando se estaba intentando imponer el discurso de colaboración con las demás fuerzas políticas republicanas. Coincidiendo además con sus críticas a la entrada de los anarquistas en el gobierno, el Comité Nacional, al margen de la opinión de los sindicatos, decidió sustituirlo por Jacinto Toryho, plenamente identificado con el llamado gubernamentalismo. Callejas abandona entonces la publicación y la presidencia del Sindicato de Periodistas de la CNT. Colabora entonces con Ideas, de Hospitalet de Llobregat, publicación contraria a la participación de los anarquistas en el gobierno y defensora maximalista de los principios libertarios clásicos. Trabaja como acomodador y por lo tanto ingresa en el Sindicato de Espectáculos, muestra su apoyo a «Los Amigos de Durruti», cuya apreciación del comportamiento de la CNT y la FAI es similar a la que mantiene Ideas. Vuelve de nuevo a Solidaridad Obrera, dirigida ahora por José Viadiu, en mayo de 1938, encargado de la redacción de asuntos sindicales.
Terminada la guerra, se exilia en Centroamérica y pronto se instala en México, donde habría de vivir el resto de su vida. Allí se convierte en uno de los elementos más importantes de la renacida Tierra y Libertad, ahora publicación de los anarquistas españoles en México, en la que colaboró intensamente, redactando la mayoría de sus editoriales desde su aparición en 1944. Formará parte también del consejo de redacción de Inquietudes entre 1944 y 1945, publicación mensual de la que sólo salieron cinco números como suplemento de Tierra y Libertad.
En el terreno político participó de los debates que surgieron entre la militancia libertaria en el exilio. En 1945 se posiciona junto con Hermoso Plaja en la corriente anticolaboracionista que se enfrentaba a los anarquistas que permanecían en España y abogaban por seguir la política de colaboración con las demás fuerzas, ahora antifranquistas, y participar en un nuevo gobierno republicano, esta vez en el exilio. Plaja y Calleja pre- sentarán una ponencia en una asamblea de la Delegación General de la CNT de España en enero de ese mismo año en la que se oponen a lo que denominó «formación de un programa mínimo de gobierno», aunque, teniendo en cuenta la dura situación de los cenetistas que no se habían exiliado y soportaban la represión en el interior, simpatizaban con ellos y proponían que en todo caso deberían ser ellos los que nombrasen a las personas que formarían parte de tal gobierno. Su ponencia sería aceptada, pese a que los organismos de la CNT en México y su publicación, Solidaridad Obrera, estaban en este momento en manos del sector colaboracionista. No obstante, la escisión definitiva llegaría en agosto, y Callejas se integra en el bloque anticolaboracionista, de nuevo con Plaja. Ambos, junto con Patricio Navarro y Jaime Riera conformarán una comisión que elaborará un manifiesto para ser difundido entre toda la militancia en el exilio. Poco a poco, el sector de los escindidos va perdiendo fuerza en México; a finales de 1945 la representación del Movimiento Libertario pasa a Francia, donde es asumida por los anticolaboracionistas, y la dirección de Solidaridad Obrera de México recae pronto en manos de Hermoso Plaja. En octubre de 1947 le sustituye Callejas aunque estará poco tiempo a su frente.
Además de sus colaboraciones en la prensa libertaria del exilio, Callejas escribió el prólogo de El sindicalismo según sus influencias, de Hermoso Plaja, y participó como conferenciante en los diferentes ciclos organiza- dos por el grupo anarquista «Tierra y Libertad» en los años cincuenta.
Participó en numerosas publicaciones confederales y anarquistas. Dirige: Los Galeotes (1921), Crisol (1923), Solidaridad Obrera (Barcelona, 1924, 1932-1933, 1936), Iberión/ Liberión (1924), La Voz Anarquista (1925), La Voz Libertaria (1925), CNT (1934), Solidaridad Obrera (Méxi- co, 1947). Colabora como redactor en: Solidaridad Obrera (Barcelona), Tiempos Nuevos (París, 1925), Solidaridad (Barcelona, 1934), Suplemento de Tierra y Libertad, El Fructidor (Mahón, 1935), Ideas, Inquietudes, Cultura y Porvenir (1937), Espectáculo (1937), Fuego (1938), Umbral (1938), Soli- daridad Obrera (México), Solidaridad Obrera (París), Tierra y Libertad (México), Cenit (Toulouse). Escribió el prólogo de La Virgen Roja Luisa Michel (México, 1954) y de El sindicalismo según sus influencias, de Hermoso Plaja (Toulouse, 1957). [RNC]

Bibliografía
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