Carbó Carbó, Eusebio

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Carbó Carbó, Eusebio

Nacimiento: 31/12/1883, Palós, provincia de Gerona

Fallecimiento 16/1/1958, México DF

Biografía:

Reconocido periodista y propagandista anarcosindicalista. Utilizó los seudónimos de «XXX», «Negresco», «Mario Negro», «Gustavo», «Simplicio», «H. Horizonte», «Romano», «Rodrigo». Nació en una familia federal y anticlerical, y, probablemente influido por esas ideas, se afilió a las Juventudes Federales. La lectura de Kropotkin, Godwin, Bakunin y Proudhon le inclinarán, sin embargo, hacia posturas anarquistas. En Barcelona conoce a Anselmo Lorenzo, amigo de su familia, y comienza una actividad por la que pronto será conocido en los medios sindicales catalanes. Ingresa en prisión a los dieciocho años e inaugura una vida que estará llena de periodos en la cárcel, ya que desde entonces, y a lo largo de su existencia, la visitará en más de sesenta ocasiones. Si los encarcelamientos son una de sus señas de identidad, también lo serán sus múltiples viajes, dado que siempre estuvo en movimiento: vivió mucho tiempo en Valencia, pero viajó a menudo por Europa y América. Llegó a conocer bien Italia, donde quedaría impresionado por Malatesta, y también conoció a Armando Borghi y a Luigi Fabbri. Amigo íntimo desde la infancia de Hermoso Plaja, sus biografías transcurren casi paralelas en publicaciones, actividades confederales y exilio.
A principios de 1905 se relaciona con el grupo «Avenir», que se había constituido a finales del siglo xix y que se disolvería en 1910. El grupo tenía una fama notable en los ambientes libertarios culturales y obreros, algunos de sus integrantes escribieron conocidas obras de teatro social anarquista, y tuvo una marcada impronta en la prensa anarquista posterior. Probablemente, una de sus señas de identidad fue la trascendencia que otorgaron sus miembros a la enseñanza y a la cultura y el interés en escribir y hablar en catalán. Pese a su cercanía con el grupo, no llegó a ingresar en él. En esos años conoce en La Bisbal a la anarquista y maestra racionalista Luisa Garriga, con quien tuvo un hijo en 1904, Proudhon Carbó Garriga, pero con la que no llegó a convivir. Posteriormente retomó la relación con su hijo, con quien más tarde compartió el exilio en México. En el año 1909, se uniría a la que fue su compañera de toda la vida, Margarita Gironella.
En 1913 viaja a Marsella, y escribe para Tierra y Libertad, que ya por entonces se publicaba en Barcelona y se había convertido en el órgano de los grupos anarquistas. Viaja como propagandista a Milán y Turín, donde participa en mítines y, a su vuelta, dirige en 1914 la publicación Regeneración de Sabadell, muy combativa y agresiva, especialmente contra la guerra de 1914, en la que no apuesta por ninguno de los bandos. Un año después dirige, primero todavía en Sabadell y luego en Barcelona, el periódico Reivindicación, que vuelve a incidir sobre el pacifismo anarquista y que además dedica un espacio importante a la Revolución mexicana, fundamentalmente a tratar el agrarismo de Emiliano Zapata.
Durante esos años sigue su frenética actividad en mítines y congresos, en 1916 acude con Mauro Bajatierra al de la UGT y se integra en el grupo « Los Iguales», al que también pertenecía este último y con el que edita la publicación El Hombre Libre. En 1918 y 1919 dirige junto con Gastón Leval La Guerra Social, portavoz de los anarquistas puros de Valencia, que en estos momentos defiende la Revolución rusa, una postura que mantendrá en el Congreso de la Comedia de Madrid que se celebrará entre los días 10 y 18 de diciembre de 1919. El año antes había acudido a la conferencia internacional de trabajo en Ginebra, al sexto congreso de la Federación Nacional Agraria en Valencia y, representando a Levante, al Congreso Nacional Anarquista de Barcelona. Su participación en los congresos era vehemente y muy activa. Su presencia en el Congreso de la Comedia resultó decisiva, ya que intervino en las ponencias y acuerdos más relevantes que se tomaron. Participó en la redacción del manifiesto anarquista, que señalaba la implantación del comunismo libertario como fin último de la CNT; estaba también presente en la ponencia que elaboró el dictamen en donde se consideraba a la propaganda como un factor determinante, no sólo para crear adeptos, sino para generar un estado de conciencia entre los trabajadores que los preparara con vistas a su emancipación; defendió la Revolución rusa y la entrada de la CNT en la III Internacional, y fue designado para viajar a Rusia con Salvador Quemades y Ángel Pestaña. No llegará a materializar ese viaje que emprenderá solamente Pestaña en 1920. Un año después, en 1921, se desmarcará de sus anteriores alegatos y destacará por su oposición a la dictadura soviética.
También en 1919, y durante un periodo en el que Solidaridad Obrera es clausurada en Barcelona por orden gubernativa, dirige el periódico confederal, que pasará a publicarse en Valencia. En agosto de ese mismo año es encarcelado, acusado por el asesinato del conde de Salvatierra, gobernador civil de Barcelona. Pasó dos años en prisión, hasta que fue absuelto en un juicio en el que le defendió Eduardo Barriobero. En 1922 se hace cargo de Cultura y Acción de Zaragoza. Sus viajes y las personalidades a las que conocerá en ellos influyen de manera determinante sus artículos, sobre todo los textos que aparecen en Solidaridad Obrera, tanto de Valencia como de Barcelona. De Malatesta adopta la visión imperialista de la guerra de 1914, igualmente, los italianos recordarán a Carbó como un caluroso propagandista del sindicalismo revolucionario.
Durante la dictadura se exilia en Perpiñán, donde trabaja como taxista e interviene en las conspiraciones contra el régimen primorriverista. Es partidario de las acciones conjuntas para derribar al dictador y participa en el complot de Prats de Molló junto con los nacionalistas catalanes, pero no en los sucesos de Vera de Bidasoa, al considerar que el plantea- miento se había hecho precipitadamente y que era necesaria una mejor conexión con las otras fuerzas de oposición a la dictadura —en este caso los republicanos— que lanzarse a una iniciativa abocada al fracaso. Según algunas fuentes, por entonces detentaba la secretaría del Comité Nacional de la CNT, o al menos era el delegado en París. Tras estas tentativas frustradas, el Comité Nacional al completo —en el que también participaba su amigo Hermoso Plaja— sería destituido, al parecer por acusaciones de colaboracionismo.
En el tiempo que estuvo en el exilio acudió en Ámsterdam al Congre- so de la AIT celebrado en marzo de 1925 como el representante español. En los dos años siguientes, se opuso a las tesis desviacionistas de Pestaña, apoyando junto con Buenacasa la crítica de los comités paritarios y la afirmación de la necesaria influencia anarquista dentro de la CNT. Sosteniendo posiciones anarcosindicalistas, medió entre sindicalistas y anarquistas en Valencia, y también intervino en la polémica que los italianos Fabbri y Malatesta sostenían con los anarquistas sobre la naturaleza de la organización sindical.
En junio de 1930, poco antes de la reaparición de Solidaridad Obrera tras seis años de cierre, es nombrado de nuevo redactor de la publicación, que ahora dirigirá Peiró. Forma parte también como asesor enviado por el Comité Regional de la CNT catalana de un comité revolucionario en el que participan militares y estudiantes para derrocar a la monarquía, pero que no fructifica. Asiste al Congreso del Conservatorio en 1931, en el que es elegido como representante de la CNT en el congreso de la AIT que iba a tener lugar, también en Madrid, a los pocos días. Mientras tanto, despliega una intensa actividad propagandística y con Hermoso Plaja recorre ciudades y pueblos promocionando libros. En 1933, integrado en la secreta- ría de la AIT, se pronuncia contra la creciente influencia faísta en la CNT.
En 1934 vuelve a la redacción de Solidaridad Obrera, esta vez bajo la dirección de Felipe Alaiz, que abandona en 1935 por discrepancias con otro de los directores que durante ese tiempo se sucedieron al frente del diario, Manuel Villar. Funda entonces con Jaime Balius y Evaristo Viñuales el semanario Más Lejos, donde se muestra contrario a la participación más o menos tolerada de los militantes cenetistas en las elecciones de febrero de 1936 y contra la alianza con los socialistas, cuestión que ya había planteado tras la Revolución asturiana de 1934. Por esta razón, no cumplió con el encargo de explicar ante la AIT la posición de la CNT ante la Revolución de Octubre y fue criticado en el Congreso de Zaragoza de 1936. Aun así, participó en el dictamen sobre el comunismo libertario propuesto por el Sindicato de Profesiones Liberales que finalmente se impuso.
Con la llegada de la guerra, modificará sus ortodoxas posturas anarcosindicalistas y ocupará cargos políticos. Estuvo en el Consejo de Economía de Cataluña y fue comisario de Propaganda en la Generalidad y en el Ministerio de Educación e Instrucción del Gobierno de la República. Dirigió también en 1937 el diario vespertino Catalunya, que se publicaba en catalán.
Tras la derrota, marcha a Francia y después a Santo Domingo, en la República Dominicana, donde se establece en San Juan de Managua, y colabora en Cultura Proletaria, una revista que había sido fundada en Brooklyn, Nueva York, en 1910, y que en esos momentos dirigía Marcelino García. Finalmente llega a México en 1940 o 1941, donde permanecerá hasta su muerte. En un primer momento (1942) ocupa la secretaría de la Delegación General de la CNT de España, organismo que, tras la breve existencia de la Delegación de la CNT de España en México, se encargará de representar a la central sindical. Permanecerá en el cargo hasta 1945, en que la Delegación desaparece cuando la representación del Movimiento Libertario pasa a los exiliados en Francia. Se involucra entonces en las sucesivas polémicas en las que se vieron inmersos los libertarios en el exilio. En primer lugar, y a principios de 1942, apoya a Liberto Callejas y Hermoso Plaja, en su oposición a García Oliver, que había propuesto la formación de organismos regionales en el exilio, reproduciendo los que habían existido en España desde antes de la contienda. Rebatían este planteamiento por incongruente con la situación del exilio y volvían a la vieja acusación de intentar asimilar al movimiento libertario a un partido político. Igualmente se ve envuelto en la disyuntiva entre los anticolaboracionistas y los proclives a formar un nuevo gobierno republicano fuera de las fronteras españolas, en el que de nuevo participarían representantes anarquistas. La situación se presentaba compleja en México, donde la mayoría de los componentes de la Delegación General de la CNT, excepto Plaja y Carbó, pertenecían —al contrario que en otros lugares del exilio— al sector colaboracionista. En 1945 rechaza formar parte del Gobierno presidido por José Giral y en ese mismo año se produce la división en el Movimiento Libertario.
A partir de entonces, se diluye su faceta política y Carbó se dedica con más ahínco a su quehacer periodístico. En 1945 publica su obra principal, Reconstrucción de España. Sus problemas económicos, políticos y sociales, una extensa obra que fue considerada como una de las grandes aportaciones del exilio libertario. Ya en 1941 había publicado otro trabajo importante, La bancarrota fraudulenta del marxismo. Entra en la redacción de Solidaridad Obrera de México, que dirige Hermoso Plaja, y colabora en las revistas anarquistas que se editan en Francia. En los últimos años de su vida retomará su actividad de orador propagandista, impartiendo conferencias.
Dirige: Regeneración (Sabadell, 1914), Reivindicación (Sabadell y Barcelona, 1915), El Hombre Libre (1916), La Guerra Social (Valencia, 1918 y 1919), Solidaridad Obrera (Valencia, 1919), Cultura y Acción (Zaragoza,
1922), Más Lejos (1935), Catalunya (Barcelona, 1937). Colabora, entre otros, en Tierra y Libertad (a partir de 1913), La Revista Blanca (Barcelona, entre 1923-1936), La Revue International Anarchiste (París, 1924-
1925), Acracia (Tarragona, 1928), Acción Social Obrera (Gerona, 1928), Suplemento de Tierra y Libertad (1933), Estudios (Alcoy), Cultura Proletaria (Nueva York, 1941 y ss.), CNT (Toulouse, 1946 y ss.), CNT (París, 1948), Solidaridad Obrera (París, 1946-1958), Solidaridad Obrera (México, 1946 y ss.). Autor de Farsantes a la picota. El 19 de julio (Valencia, 1917), Gestas magníficas (Córdoba, s.f.), Una interviú con el gran revolucionario Enrique Malatesta (Buenos Aires, 1921), En la línea recta. El naturismo y el problema social (Barcelona, 1930), La bancarrota fraudulenta del marxismo (México, 1941), Reconstrucción de España. Sus problemas económicos, políticos y sociales (México, 1945). [RNC]

Bibliografía
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