Cruz Salido, Francisco

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Cruz Salido, Francisco

Nacimiento: 10/9/1898, Jaén, provincia de Jaén

Fallecimiento 9/11/1940, Madrid, provincia de Madrid

Biografía:

De origen humilde y de formación casi enteramente autodidacta, trabajó desde niño en diversos oficios para los que no se exigía cualificación. A los diecisiete años marchó a Bilbao, compaginando su trabajo en la compañía Telefónica con el de tipógrafo. Gracias a este oficio, se inició en él una enorme afición hacia la lectura y la escritura, afición que coincidiría con su ingreso en la UGT y el Partido Socialista Obrero Español. En la capital vasca, conoció a Indalecio Prieto, de quien llegaría a ser íntimo amigo. Gracias a Prieto, que era su propietario, entró a formar parte de la redacción del diario El Liberal de Bilbao en la década de 1920, llegando a ocupar la dirección del mismo, desde poco después de la proclamación de la República hasta la toma de Bilbao por el Ejército rebelde.
En junio de 1937 marcha a Madrid, integrándose, junto a su amigo y compañero Julián Zugazagoitia, en la redacción de Política, el periódico de Izquierda Republicana fundado por Carlos Esplá y Luis Bello Trompeta. Carlos Esplá había decidido hacer un hueco a Zugazagoitia y Cruz Salido en el diario por la amistad que mantenían, porque eran unos magníficos periodistas y porque Claridad había desaparecido. Al acabar la guerra se instaló en Francia, donde fue elegido vocal de la Junta de Auxilio a los Refugiados españoles (JARE). Firmado el armisticio entre Francia y Alemania, el embajador español Lequerica, que había prometido acabar con todos los rojos allá donde estuviesen, presentó a los alemanes una lista de ochocientos refugiados a los que acusaba de haber cometido los crímenes más horribles y para los que pedía su inmediata extradición. La Gestapo detuvo a Cruz Salido, Julián Zugazagoitia, Carlos Montilla, Teodomiro Menéndez, Miguel Salvador, Cipriano de Rivas Cherif, Lluís Companys, J. Fernández Vega, Juan Peiró, Miguel Muñoz, Antonio Puig Petrolani, Eleuterio González Tendero y varios centenares de refugiados más, entregando la mayoría de ellos a Franco, pese a las campañas internacionales que promovieron Antonio María Sbert, Carlos Esplá y los diplomáticos mexicanos de Cárdenas. Cruz Salido sería fusilado en las tapias del cementerio del Este el 9 de noviembre de 1940.
Según la novela Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, Cruz Salido ya estaba muerto cuando fue fusilado, aunque no debemos olvidar que se trata de un relato novelado: «Entre tantas ceremonias de muerte, tanto agotamiento, se le había escapado la vida a chorros y, preocupado sólo por respirar con unos pulmones raídos por la tisis, no logró nunca saber cuál era su crimen. Sólo sabía que estaban empeñados en que llegara vivo ante el pelotón de fusilamiento […], le asfixiaba la memoria y sólo quería recordar a toda costa. Al amanecer su voz era ya el sonido de las palabras rozadas por la muerte […]. Cuando la celda se abrió y encontraron ya muerto a Cruz Salido, el sargento decidió fusilarle a pesar de todo […]». [PLAV]

Bibliografía y fuente
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, http://www.cervantesvirtual.com.
Méndez, Alberto, Los girasoles ciegos, Barcelona, Anagrama, 2004.
Núñez Díaz-Balart, Mirta, Consejo de guerra. Los fusilamientos en el Madrid de posguerra (1939-1945), Madrid, Compañía Literaria, 1997.
Vilanova, Antonio, Los olvidados, Paris, Ruedo Ibérico, 1969.

Véase además Cruz Salido, Francisco (Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1975)