Domingo i Montserrat, Daniel

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Domingo i Montserrat, Daniel

Nacimiento: 1900, Tortosa, provincia de Tarragona

Fallecimiento 1968, Castelldefels, provincia de Barcelona

Biografía:

Procedía de una familia de agricultores y pescadores acomodados del Baix Ebre y a los dieciséis años emigró a Barcelona, donde su primo Marcel·lí Domingo le introdujo en los círculos políticos republicanos y nacionalistas. Al estallar la I Guerra Mundial, se trasladó a París para alistarse en una brigada de Voluntarios Catalanes Nacionalistas dentro de la Legión Extranjera francesa organizados por el Dr. Solé i Pla (Unió Catalanista) y que fueron masacrados en Verdún. Influenciados por la Declaración Balfour (noviembre de 1917) y convencidos de que los aliados podían resolver la cuestión nacional catalana, sobre todo después de la publicación de los 14 puntos del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson (enero de 1918), crearon un Comité Nacional Catalán para influir en las negociaciones conducentes a la Paz de París. Por esta razón, permaneció en París, donde trabajó de periodista, mientras mantenía relaciones con los dirigentes de Estat Català, partido independentista. El fracaso total de las gestiones le aproximó al comunismo soviético, que a su parecer había resuelto la cuestión obrera y al mismo tiempo la opresión de las nacionalidades mediante un Estado federal. En 1926 colaboró en el intento de invasión desde Prats de Molló (Francia), organizado por Francesc Maciá. Tras casarse con Rosa Alavedra, hermana del dirigente de ERC Joan Alavedra, tuvo un hijo, Xavier (1929).
Regresó a Barcelona en 1929 y se afilió primero al Partit Comunista Català (PCC), editor de la revista Treball y con gran presencia en sectores mercantiles y metalúrgicos; y luego a la CNT, ocupando el cargo de secre- tario del Sindicato Mercantil (1930). Después pasó al Bloc Obrer i Camperol (BOC), fusión del PCC y de la Federación Comunista Catalana Balear (FCCB), de orientación comunista pero no estalinista. Allí, gracias a su experiencia periodística en Francia en 1930 fue el primer director de su semanario, L’Hora, que se publicaba junto a La Batalla heredado de la FCCB, al que más tarde se sumó el diario Adelante. Redactores destacados de L’Hora fueron también Ángel Estivill, Jordi Arquer, Joaquim Maurín, Andreu Nin o Jaume Miravitlles. Antes de ser sustituido por Josep Rovira, Domingo pretendió darle una orientación cultural y política, pero dentro de una línea comunista-leninista y por supuesto prosoviética. En su etapa en el BOC trabajó en la Escuela Marxista como profesor de estadística, en la Comissió d’Estudis Econòmics del partido y en el Ateneu Enciclopèdic Popular. Proclamada la II República, se presentó a diputado de las Cortes Constituyentes (junio de 1931), al Parlamento de Cataluña por Barcelona y Tarragona (noviembre de 1932) y a las elecciones generales de noviembre de 1933 por Tarragona, sin conseguir escaño en ninguna de ellas.
Desengañado por el enfriamiento catalanista del BOC, que reforzó su política obrerista, se pasó en 1934 al Partit d’Estat Català (PEC), dentro del ala dirigida por Josep Dencàs, que llegó a consejero de Gobernación de la Generalitat republicana. Era otro intento de construir una fuerza nacionalista y marxista-leninista frente a la hegemonía de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), considerada demasiado pactista y moderada. Tras rechazar su ingreso en el Partit Obrer d’Unificació Marxista (POU M), que agrupaba mejor que el PEC a la militancia socialista y comunista en detrimento de la catalanista, en julio de 1936 se apuntó a un fallido Consell Nacional Revolucionari con Dencàs, Armasen, Talens, Coll, etc., pero en agosto el ala marxista del PEC desembocó en el recién creado Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), plataforma unitaria de fuerzas socialistas, comunistas y nacionalistas, y Domingo siguió este movimiento con otros militantes del BOC como el también periodista Ángel Estivill.
Durante la Guerra Civil, Domingo vivió bajo las amenazas de la CNT y la FAI, por ser considerado un hombre próximo a J. Dencàs, que persiguió a los anarquistas durante su paso por la Conselleria de Governació, y un traidor por haber militado en la CNT. Fue nombrado comisario de Defensa de la Generalitat, cargo desde el cual dirigió la persecución y muerte del líder anarquista Antonio Martín, acusado de extorsiones en la Cerdaña. Éste fue uno de los precedentes de los enfrentamientos de mayo de 1937, que terminaron con la hegemonía anarquista y consolidaron la del PSUC.
Al término de la guerra se exilió a Francia y en la primavera de 1940 con Daniel Cardona, antiguo compañero del PEC, intentó fundar unas milicias catalanas con la ayuda de gente del POUM para combatir a nazis y fascistas al lado de los aliados, repitiendo la maniobra de 1917. El objetivo era el restablecimiento de la República en España y la solución de la cuestión nacional catalana como continuación de la lucha emprendida en
1936. Esta propuesta de una «unión sagrada» alrededor de un ejército catalán, inspirada en el proyecto mencionado, fracasó por las reticencias del resto de partidos exiliados. Estas maniobras le alejaron del PSUC, sobre todo después del pacto germano-soviético de 1940, que reafirmaron sus tradicionales posturas anti-estalinistas a pesar de la colaboración con la URSS durante la Guerra Civil. Participó entonces en la Resistencia francesa en el área de París hasta su captura por la policía. Condenado a trabajos forzados en Alemania, organizó grupos de sabotaje en la fábrica de armamentos y finalmente huyó a principios de 1944. Recuperó sus contactos con el PSUC, una vez superadas las diferencias con la II Internacional después de la invasión de la URSS por parte de Alemania en 1941. Sostuvo la línea de una Alianza Nacional de Cataluña (ANC) defendida por el PSUC y por sectores de ERC y de la Lliga, en línea con las formulaciones de la URSS que defendía que la lucha contra el nazismo era también por la liberación nacional de los pueblos ocupados. En esta fase colaboró estrechamente con la revista Catalunya, editada en Toulouse y dirigida por Emili Granier i Barrera. Domingo pronosticó un hundimiento del régimen franquista por la crisis económica, la represión y la corrupción de las clases dirigentes. En esta lucha, el catalanismo radical ocupaba un lugar preeminente, recuperando así el binomio marxismonacionalismo de antes de la guerra. En este sentido, la invasión del Valle de Arán (Lérida) en 1945 era para Catalunya una reedición de los hechos de Prats de Molló de 1926. También estuvo en el consejo de redacción de El Poble Català, el otro órgano de expresión de la ANC, más inclinado hacia posiciones nacionalistas. Allí escribían también Lluís Capdevila, el poeta Salvador Perarnau, el músico Josep Fontbernat o el empresario Andreu Claret. Toda esta estrategia fracasó de nuevo, al no conseguir una unión con el resto de fuerzas republicanas en el exilio, que acusaban a los comunistas estalinistas (sometidos a severas purgas) de haber causado la derrota de la II República.
La desaparición de su compañero y amigo Llibert Estartús en 1945, presumiblemente asesinado por elementos estalinistas del PSUC bajo la acusación de ser un confidente de los nazis, le llevó a pedir la baja del PSUC y, al parecer, a darse de alta en Estat Català. En cualquier caso, a partir de este momento descendió su activismo partidista y político e incrementó su labor periodística. En Perpiñán pasó a la revista Quaderns d’Estudis Polítics, Econòmics i Socials, publicación del exilio catalán excluido el PSUC. Quaderns pretendía recuperar la conciencia nacional de Cataluña y al mismo tiempo superar la Guerra Civil. Allí en el número de mayojunio de 1947 Domingo expuso su opinión revisionista (Responsabilitats i depuracions), según la cual la verdadera lucha anti-franquista se desarrollaba en el interior de Cataluña, mientras que los exiliados se entretenían en debates ociosos y alejados de la opinión pública. Al percibir la instalación de la Guerra Fría, sostuvo que había que trabajar por el restablecimiento de la democracia abandonando los radicalismos y colaborando, si era preciso, con los movimientos españoles críticos con el franquismo. [J MSR]

Bibliografía y fuente
Martínez Fiol, David, «Actituds continuistes en l’exili: Daniel Domingo Mont- serrat, marxista i nacionalista radical», L’Avenç, n.º 183, 1994, pp. 52-57.
— «Soldats de Catalunya, una via militar d’alliberament nacional (1939-1945)»,
L’Avenç, n.º 196, 1995, p. 20.
— Daniel Domingo Montserrat (1900-1968): entre el marxismo i el nacionalismo radical, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2001.
Martínez de Sas, María Teresa y Pagèz i Blanch, Pelai (coords.), Diccionari biogràfic del moviment obrer als països catalans, Barcelona, Edicions Universitat de Barcelona/Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2000.
Molas, Isidre, El sistema de partidos políticos en Cataluña (1931-1936), Barcelona, Península, 1974.
VV. AA., «Dossier: Catalunya davant el món en guerra (1914-1919)», L’Avenç, n.º 69, 1984, pp. 30-72
http://ca.wikipedia.org/wiki/Daniel_Domingo_i_Montserrat.