Guerra del Rio, Rafael

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Guerra del Rio, Rafael

Nacimiento: 1884, Las Palmas de Gran Canaria, provincia de Las Palmas

Fallecimiento 2/11/1955, Madrid, provincia de Madrid

Biografía:

Su infancia transcurre en Las Palmas, estudia en el Colegio de San Agus- tín, y pasa a Cádiz, donde termina el Bachillerato, luego marcha a Madrid donde estudia la carrera de Ingeniero de Caminos pero, enfermo, regresa a Las Palmas.
Empieza a escribir en la redacción de El Tribuno de Franchy y Roca, con Suárez León y Adolfo Miranda. En 1904 fundó el periódico de corte satírico El Galeoto, con una redacción integrada por Rafael Mesa y López, Alonso Quesada, Ramón Medina, Federico Cuyás y José Champsaur Millares. Desde muy pronto, la publicación de El Galeoto comenzó a crearle problemas, y acaba por ser encarcelado ese mismo año, con lo que el periódico dejó de publicarse.
Una vez recuperada la libertad, marchó a Barcelona, donde residía entonces su familia, al haber sido destinado su padre como presidente de la Audiencia de la capital catalana. En la Universidad catalana estudia Derecho, crea la Asociación Escolar Republicana, de carácter radical, con Companys y Layret, se licencia y ejerce de abogado en Barcelona; conoce a Lerroux y se afilia al Partido Republicano Radical. Al producirse la fragmentación de los republicanos, provocada por «Solidaridad Catala- na», fundó el semanario La Rebeldía, cuyo programa fue el célebre artícu- lo de Lerroux: «Rebeldes, siempre rebeldes», y donde también escribió el pedagogo Ferrer. La dirección del periódico le trajo más de ochenta procesos judiciales, todo un récord, allí publicó un artículo que le forzó a huir a Argentina para librarse de una condena de tres años de presidio por un delito de «lesa majestad». Durante los sucesos de 1909, que des- embocaron en la Semana Trágica de Barcelona, le acusaron de rebelión militar en la misma causa que Ferrer y permaneció en prisión siete meses, hasta que se benefició de la amnistía de Canalejas, al caer el gobierno conservador de Maura.
En 1910 obtuvo acta de diputado provincial por Barcelona y por eso intervino en la primera Mancomunidad de Cataluña que presidió Prat de la Riba. En ese tiempo fue procesado varias veces por delitos políticos y estuvo preso en repetidas ocasiones. En 1914, acompañado de Lerroux, volvió a Gran Canaria donde pronunció un discurso que lo llevó nueva- mente a la cárcel. De regreso a Barcelona en 1916 accedió al cargo de concejal del Ayuntamiento y dirigió la Junta Local de Reformas Sociales.
Tras la huelga general revolucionaria del verano de 1917, fue encar- celado por las autoridades militares en el torpedero Villamil, desde don- de lo trasladaron más tarde a la prisión de Montjuich, donde intentaron asesinarlo los «pistoleros blancos» del sindicato libre. El capitán general de Cataluña le sentenció a muerte, pero la rápida intervención de Lerroux ante el Gobierno de Dato, alertado por Primo de Rivera, hizo que le fue- ra conmutada la pena capital por el destierro al archipiélago canario. Deja entonces Barcelona por Canarias y Madrid. En febrero de 1920 llega a Las Palmas en medio de aclamaciones populares. Políticamente, mantiene un progresismo democrático, pero ahora menos radical. Dotado de extraordinaria capacidad de comunicación y gran simpatía, ese mismo año se presentó como independiente a las legislativas y resultó elegido diputado por Las Palmas, alternando esta dedicación con la de abogado en Madrid donde pasó a residir.
Al advenimiento de la II República se encontraba en Las Palmas e hizo la proclamación de la misma desde el balcón del Ayuntamiento. Es reelegido diputado varias veces, alguna contra la candidatura de las izquierdas que encabezaba Juan Negrín. Lerroux lo llamó a su lado, cuando se hizo cargo de la Jefatura del Gobierno republicano, para que asumiera la cartera de Obras Públicas. Fue ministro en los gabinetes pri- mero (1933), segundo (1933-1934) y cuarto (1935), mientras que recha- zó entrar en los gobiernos tercero, por su oposición a los populistas, y quinto, en desacuerdo con la que consideraba equívoca política lerrouxis- ta de dar entrada a José María Gil Robles, de la CEDA.
Al estallar la Guerra Civil, se encuentra en Madrid y sale, desde
Valencia, para Francia donde se exilió. En Marsella lleva a cabo una importante labor a favor de los judíos, contando con la colaboración del embajador español José Félix de Lequerica, por lo que es detenido por la Gestapo e internado en un campo de concentración, estando a punto de ser ejecutado por los nazis. Terminada la II Guerra Mundial, regresó a Madrid donde continuó trabajando como abogado hasta su fallecimiento el 2 de noviembre de 1955. [JGA]

Bibliografía
Arco, Manuel del, Antes del 36, Barcelona, AHR, 1966.
Guimerá Peraza, Marcos, El Pleito Insular, Santa Cruz de Tenerife, Caja General de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife, 1976.
Jiménez, Ángela, «Un gran político canario. Veintiún años del fallecimiento de
Rafael Guerra del Río», Aguayro, n.º 81, 1976.
Mederos, Alfredo, República y represión franquista en la Palma, Santa Cruz de
Tenerife, Centro de la Cultura Popular Canaria, 2005.