Lejárraga, María

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Lejárraga , María

Nacimiento: 28/12/1874, San Millán de la Cogolla, provincia de La Rioja

Fallecimiento 28/6/1974, Buenos Aires (Argentina)

Biografía:

La vida de María Lejárraga es una de las más sorprendentes de la literatura española contemporánea, pues siendo la autora real de buena parte de la obra de uno de los dramaturgos españoles más afamados, durante décadas su nombre permaneció olvidado, más bien escondido, al conocimiento popular. Que duda cabe que la dictadura franquista tuvo mucho que ver con que María, una mujer comprometida, socialista y feminista, no saliera de las «catacumbas» hasta fe chas nada lejanas.
Hija de un matrimonio culto dedicado al ejercicio de profesiones liberales, estudió Magisterio en Madrid, impartiendo clase en diversas escuelas de Carabanchel. En 1897 conoció a Gregorio Martínez Sierra con quien contrajo matrimonio en 1900, pese a llevarle seis años y a sus menguados ingresos, lo que propició que durante años, cosa poco corriente en aquel tiempo, la pareja viviese del sueldo de maestra de María. Fundadora junto a su marido de la revista modernista Helios en
19 0 3, colab oró también en Vida Moderna, siendo su gran éxito la revista Renacimiento, que, fundada en 1907, tuvo una nómina de colaboradores como pocas publicaciones de la época: Rubén Darío, Alejandro Sawa, Antonio y Manuel Machado, Ortega y Gasset o Pérez de Ayala. El éxito de la revista fue grande y, empujados por él, María y Gregorio se decidieron a exponer a Ruiz Castillo y Victoriano Suárez, que habían aportado el dinero, un proyecto aún más ambicioso, la creación de una editorial que publicase libros de autores clásicos y contemporáneos bien editados y baratos para que pudiesen ser comprados por las clases trabajadoras. Con el visto bueno de sus socios capitalistas, María Lejárraga y Martínez Sierra fundaron la editorial Renacimiento, una de las empresas editoriales más rentables y eficientes del primer tercio del siglo xx español que publicó, a precios módicos, obras de Molière, Corneille, Shakespeare, Galdós, Baroja, Juan Ramón Jiménez, Felipe Trigo, López Pinillos, Benavente, Concha Espina, Eduardo Zamacois y una lista de escritores que sería interminable enumerar.
Separada físicamente de su marido, aunque no legal ni profesionalmente, pues seguía escribiendo para él, desde que en 1913 se conocieron sus amores con la actriz Catalina Bárcena, se dedicó a la escritura y a seguir las enseñanzas de María de Maeztu desde el Club Lyceum, que luego sería uno de los grupos feministas más activos. Preocupada por la situación deplorable en que se encontraba la mujer en la España de los años veinte, fundó en 1931, junto a Victoria Kent y Clara Campoamor, entre otras, la Asociación Femenina de Educación Cívica, asociación que organizó campañas de alfabetización de mujeres por toda España, pero que tenía un objetivo todavía más amplio, que las mujeres tomasen conciencia de su situación, luchasen por conseguir su emancipación y trabajasen para tener los mismos derechos que los hombres. Atraída por las ideas progresistas, ese mismo año ingresó en el Partido Socialista Obrero Español, integrándose en el grupo de Rodolfo Llopis, que era el que diseñaba la política educativa y pedagógica del partido. En 1933 fue elegida diputada socialista por Granada.
Al comenzar la guerra, fue nombrada agregada de la Embajada de España en Berna. Ya no volvería. Con los ahorros que había podido reunir –era una mujer de vida muy austera– de las menguadas remesas de dinero que le enviaba Martínez Sierra por sus libros, María había podido comprar una casita en un pueblo suizo. Allí se recluiría durante los primeros diez años de posguerra, dependiendo económicamente de lo que Martínez Sierra le enviaba cuando le apetecía. La derrota republicana supuso para María un golpe que la dejó seca intelectualmente, ya que creía en el proyecto republicano y estaba convencida de que si se seguía con la política educativa iniciada durante el primer bienio España saldría de su atraso en pocos años. La derrota fue el derrumbe de todo un mundo de ilusiones y esperanzas que se había forjado en su mente. Durante su estancia en Suiza apenas escribe, apenas sale ni se comunica con nadie, viviendo en unas condiciones próximas a la pobreza, mientras su marido andaba de gira por todos los teatros del mundo. En 1950, muerto Gregorio, María vendió la casa suiza y se fue a Buenos Aires, haciendo escala en Estados Unidos y México. En Estados Unidos vivió en Hollywood presentando varios proyectos para ser llevados al cine. Aunque fueron rechazados, Disney se basó en uno de ellos para filmar La Dama y el Vagabundo. En México, a la espera de la respuesta de los estudios americanos, trabajó traduciendo para Aguilar y Grijalbo, y escribiendo para los principales periódicos del Distrito Federal, pero el clima mexicano perjudicaba mucho a su salud y decidió emprender el camino del sur. En 1951 está en la Ciudad de la Plata, provincia de Buenos Aires, obtiene un contrato con la editorial Hachette para traducir al castellano autores franceses como Mauriac, Anhouil o France, pero no obtiene ingresos suficientes para vivir. Es entonces cuando decide dedicarse plenamente al periodismo, escribiendo para El Tiempo y Maribel, de Buenos Aires, y para La Prensa, de Bogotá, aunque sería su trabajo de locutora en la Radio Nacional Argentina el que le ocuparía más tiempo y le depararía más beneficios. Durante los últimos veintitrés años de su vida, el periodismo fue su profesión, aunque tuvo tiempo para escribir sus memorias y seguir con las traducciones. Murió en Buenos Aires el 28 de junio de 1974.
Obras destacadas: todas las obras de teatro firmadas por Gregorio Martínez Sierra hasta 1936; Cuentos breves (Madrid, 1899); La hora del diablo (Madrid, 1926); La mujer española ante la República (Madrid,
1931); Dudas en el momento (Madrid, 1933); Una mujer por caminos de España (Buenos Aires, 1952); Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración (México, 1953); Viaje de una gota de agua (Buenos Aires, 1954); Fiesta en el Olimpo (Buenos Aires, 1960). [PLAV]

Bibliografía y fuente
Archivo María Lejárraga, Madrid.
Aguilera Sastre, Juan (coord.), María Martínez Sierra y la República: ilusión y compromiso, Logroño, Gobierno de La Rioja/Instituto de Estudios Riojanos,
2002.
Blanco, Alda, María Martínez Sierra (1874-1974), Madrid, Ediciones del Orto,
1999.
Lejárraga, María, Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración, Valencia, Pre-Textos,
2000.
O’Connor, Patricia W., María y Gregorio Martínez Sierra: crónica de una colaboración, Madrid, J. García Verdugo, 1987.
Rodrigo, Antonina, María Lejárraga, una mujer en la sombra, Barcelona, Círculo de Lectores, 1992.

Véase además Lejárraga y García, María de la O (Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1975)