Mora Maura, Constancia de la
Nacimiento: ??/1/1906, Madrid, provincia de Madrid
Fallecimiento 1905, Penajachel (Guatemala)
Biografía:
Hija de Constancia Maura Gamazo y de Germán de la Mora Abarca, nació en enero de 1906 en el seno de una familia de la alta burguesía. Su abuelo fue Antonio Maura, político conservador y varias veces jefe de Gobierno en el reinado de Alfonso XIII. Durante su infancia y adolescencia y rodeada de sus cinco hermanos, frecuentaba la finca La Mata del Pirón y Zarauz, donde pasaba las vacaciones con los representantes de la aristocracia y la diplomacia.
En los primeros años de su vida, su educación estuvo en manos de institutrices –nannies inglesas e irlandesas– y en 1915 se matriculó en el colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Madrid, donde también estudiaban las hijas de la alta sociedad. Cuando acabó el colegio y con catorce años, Constancia se marchó a estudiar inglés y Humanidades al Saint Mary’s Convent en Cambridge (1920-1923), colegio de religiosas católicas más liberales que las Esclavas. Ésta fue una de las etapas mejo- res de su adolescencia y juventud, porque la vivió como una época de libertad frente al ambiente cerrado y muy disciplinado que vivía en su casa y en su anterior colegio.
A su vuelta de Gran Bretaña se casó en 1926 en la Iglesia de Los Jerónimos, por decisión propia, con Manuel Bolín, hijo de una familia de la alta burguesía malagueña. Su matrimonio, sin embargo, pronto empezó a ir mal por diferencias de carácter, de principios morales y éticos, y de proyectos vitales. En 1927 nació su hija Lourdes y durante su estancia en Málaga colaboró como cronista de sociedad en el periódico La Unión Mercantil, junto al poeta Manuel Altolaguirrre, primo de su marido.
El matrimonio Bolín-Mora se marchó a vivir a Madrid, ciudad en la que Connie empezó a trabajar en una tienda de artesanía, actividad poco usual para una mujer casada de clase alta. Una vez comprobado que su matrimonio no tendría salvación, decidió quedarse definitivamente en la capital en 1931, momento de grandes cambios para España y para ella, y en el que inició definitivamente el distanciamiento de su familia y de sus amistades. Se separó de su marido, coincidiendo con el tiempo en que se proclamó la II República, y se convirtió en una de las primeras españolas que se divorció cuando se aprobó la Ley del Divorcio en 1932. Se volvió a casar por lo civil con Ignacio Hidalgo de Cisneros, general y jefe de la Aviación republicana durante la Guerra Civil, con quien le unían muchas cosas, una de ellas su pertenencia a la alta burguesía conservadora que se volvió republicana.
En 1932 pasó una temporada en Roma y Berlín como esposa del agregado aéreo de la Embajada española, puesto que Hidalgo de Cisne- ros había sido destinado allí. Poco tiempo después, volvieron a Madrid y su domicilio se convirtió en un centro de reuniones de amigos republicanos: Lorca, Alberti y M.ª Teresa León, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Luís Buñuel y un sinfín de personajes claves de la historia de España de ese periodo. A finales de 1936 el matrimonio Hidalgo de Cisneros-Mora ingresó en el PCE.
Los avatares de la Guerra Civil provocaron destinos distintos para ambos, especialmente por el nombramiento de su marido como jefe de la Aviación Republicana. A Connie, que conocía cuatro idiomas, la promocionaron para un cargo en el Gobierno de Valencia en la Oficina de Prensa Extranjera, dependiente del Ministerio de Estado. Estuvo a las órdenes de Carlos Esplá, ministro de Propaganda, y Luis Rubio Hidalgo, jefe de Censura en la Oficina de Prensa Extranjera, donde coincidió con Arturo Barea. Era censora de los artículos que escribían los periodistas extranjeros y les acompañaba en sus visitas al frente. Allí trabajó desde principios de 1937 hasta febrero de 1939. Muy eficaz, con gran capacidad de trabajo y metódica, Constancia de la Mora era muy apreciada por los periodistas extranjeros, quienes resaltaron esta característica y el sello personal de la aristocracia. Renovó la forma de trabajo de la Oficina de Censura, con su talante abierto y decidido a realizar todo lo posible para defender el nombre de la República y difundir sus propósitos por el mundo a través de los corresponsales acreditados. Con algunos hizo una estrecha amistad, como Jay Allen, escritor y corresponsal de guerra, quien le facilitó hospedaje en su propia casa cuando terminó la guerra. La Ofi- cina de Prensa se trasladó a Valencia y después a Barcelona, donde fue nombrada jefa de la Sección Extranjera y sustituta de Rubio, quien se había marchado a París como director de la Agencia España. Era miembro de la Asociación de Mujeres Antifascistas (AMA) y su labor propagandística se extendió por foros internacionales europeos de apoyo a la República –viajó a Paris y a Ginebra– y a las convocatorias de escritores antifascistas.
En febrero de 1939 salió al exilio, teniendo como primera parada Nueva York. Se convirtió muy pronto en heroína para las feministas norteamericanas de izquierdas, entusiasmadas por su vida de coraje, por su ruptura con la herencia de su pasado y su afiliación en las filas del comunismo. En 1939, poco tiempo después de finalizar la guerra, publicó en Nueva York In Place of Splendor (Doble esplendor), el libro de sus memorias y el testimonio de una época. Los periodistas norteamericanos acredita- dos en el bando republicano que la conocían desde los tiempos de la guerra, la apoyaron decisivamente a abrirse camino en Estados Unidos y su libro pronto se convirtió en un éxito de ventas.
El matrimonio se instaló en México a finales de 1939, aunque le faltaba su hija, que se hallaba en Moscú, con quien logró reunirse en 1945. Al principio, trabajó como secretaria y traductora de español e inglés para Constantino Oumansky, primer embajador ruso en México, después de que restablecieran las relaciones diplomáticas con la URSS. Este trabajo en la Embajada soviética y los ingresos por Doble esplendor le facilitaron su residencia en México. Posteriormente se dedicó a la artesanía local y a las visitas turísticas por Centroamérica. En mayo de 1941 se divorció de Hidalgo de Cisneros por motivos nunca explicados.
En varias ocasiones viajó a Portugal donde visitaba a sus padres. Murió a los cuarenta y cuatro años, víctima de un accidente de tráfico en Guatemala que cerró de un modo trágico su vida en el exilio, tras haber vivido y participado en los convulsos acontecimientos de las primeras décadas del siglo xx en España. [M ESF]
Fuentes
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Fuente, Inmaculada de la, La roja y la falangista. Dos hermanas en la España del
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