Arrastia Redrado, Juan

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Arrastia Redrado, Juan

Cargo: Afiliado Agrupación Socialista de Pamplona (Navarra)

Nacimiento: 5/11/1907, Pamplona, provincia de Navarra

Fallecimiento 28/9/1937, Torrelavega-Santander, provincia de Cantabria

Biografía:

Tras estudiar algunos cursos de bachillerato, se empleó como escribiente en las oficinas del Registro de la Propiedad de Pamplona. En 1932 contrajo matrimonio con Veremunda Olasagarre Irurzun (Pamplona, 1912-1970). Perteneció a la UGT y al PSOE y tuvo un gran protagonismo en ambas organizaciones. En 1933 era secretario de la Federación local de Sociedades Obreras de Pamplona. Junto con Ciriaco Ascobereta Induráin representó a la sección de oficinas en el II Congreso de la UGT de Navarra, que se celebró en Pamplona en febrero de ese año. Ya en noviembre fue nombrado redactor sindical del semanario ¡¡Trabajadores!! El 29 de enero de 1934 la asamblea de «Salud y Cultura» de la UGT lo nombró revisor de cuentas de la nueva directiva, junto con Julio Sánchez y Romualda Zalacáin Villeras. Ese mismo mes, como secretario de la referida Federación, participó en la organización de su III Congreso Ordinario.
En nombre de la Federación Local de Sociedades Obreras de Pamplona, y con Félix Lasa, que lo hizo por la Federación Provincial, el 10 de agosto de 1934 publicó en el semanario ugetista un artículo titulado «Comisión Pro-Paro. En nuestro descargo». Formó parte del comité que preparó la huelga de octubre de 1934, por lo que fue detenido. Por otra parte, intervino activamente en los actos celebrados con motivo de las fiestas del 1º de Mayo. En la correspondiente a 1935 presidió el mitin que tuvo lugar en el frontón Euskal-Jai. Como además de las restricciones impuestas a los oradores, se prohibió que tomara parte el representante del Partido Comunista, Arrastia leyó un escrito de adhesión y saludo de dicho partido y también una carta de un grupo de eibarreses que estaban en la cárcel. La CNT se adhirió verbalmente.
Su contribución al éxito de la huelga de la construcción de junio de 1935 hizo que la Federación de la Construcción de la UGT lo pusiera «como ejemplo de dirigentes obreros». Tres meses antes había sido detenido, junto con varios socialistas más, entre ellos Ángel Falces Pina, y un cenetista, que pasó a disposición del juzgado militar, al considerar que había intervenido en unos incidentes en los que se cruzaron disparos. En 1936 presidió también el mitin organizado por la UGT en el frontón Euskal-Jai de Pamplona con ocasión de la Fiesta del Trabajo. A diferencia de 1935, este año intervinieron un representante del Partido Comunista, Jesús Monzón, y otro de la CNT, Lamberto Caballero, que abogaron por la unificación obrera. Arrastia finalizó el acto, que precedió a la manifestación, haciendo suyas las palabras de los anteriores. Fue secretario del Comité Organizador del IV Congreso de la Federación Local de Sociedades Obreras de la UGT que tuvo lugar en junio de 1936.
Además de los señalados, participó en otros mítines. Así, el 1 de enero de 1933 en Noáin y Garínoain, con Julia Álvarez, Gregorio Velasco y Ricardo Zabalza, y, una semana más tarde, en Etxalar, Lesaka y Bera, con la primera y Tiburcio Osácar.
En el terreno estrictamente político, cabe señalar que fue uno de los convocados a la reunión celebrada en la Casa del Pueblo el día 17 de noviembre de 1933 para tratar de las elecciones generales del día 19 de ese mes. Durante la campaña electoral intervino en algunos de los mítines organizados por el PSOE: el día 5, por la mañana, en Genevilla (con Miguel Escobar), a las tres de la tarde, en Viloria y Acedo (con Rafael Pérez y Tiburcio Osácar) y a las siete en Los Arcos (con los anteriores y el citado Escobar). Fue miembro de la Comisión Electoral nombrada en enero de 1936 por la Federación Socialista, la Agrupación Socialista y la Juventud Socialista para organizar la campaña para las elecciones generales de febrero. El mismo mes fue designado miembro de la junta directiva del grupo «Salud y Cultura» de la UGT. Ya en abril fue uno de los promotores de la unificación de las Juventudes de los Partido Socialista y Comunista en Navarra y participó en la Asamblea de los jóvenes de ambos partidos y de Izquierda Republicana, celebrada el 11 de ese mes en las Escuelas de San Francisco.
El día 12 de junio de 1936 fue nombrado secretario de la referida nueva entidad. Tres días más tarde, en representación del PSOE, firmó la declaración del 15 de junio de 1936 de los partidos del Frente Popular a favor del Estatuto Vasco. Iba a ser uno de los colaboradores de Navarra. Semanario de Orientación Popular, cuya salida se anunció en junio de 1936. Al iniciarse la guerra estuvo escondido, con el dirigente comunista Jesús Monzón Repáraz, en el domicilio del carlista Franciso Lizarza hasta que éste, que lo pagó con su vida, logró pasarlos a Francia. De aquí se trasladó a Bilbao, donde fue vocal del Tribunal Militar de Euskadi, creado en marzo de 1937, y comandante de las Milicias Unificadas.
El Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional (18-VII-1938) publicó una orden confirmándolo en su empleo de Mayor de Infantería, señalando que estaba «desaparecido en combate». En realidad, tras la caída de Vizcaya, había sido hecho prisionero en Torrelavega. El Consejo de Guerra Permanente de esta plaza le abrió causa, la 576, por «un delito consumado de adhesión a la rebelión militar» y el 28 de septiembre de 1937 lo sentenció a la pena de muerte. La sentencia se cumplió, a pesar de los intentos de conocido abogado Estanislao Aranzadi para dejarla en suspenso. El 19 de abril de 1937 la Comisión Provincial de Incautación de Bienes de Navarra ordenó instruirle un expediente sobre declaración de responsabilidad civil. El 28 de julio de 1938 el Juez de Primera Instancia de Instrucción del Partido de Pamplona le requirió para que en los ocho días hábiles siguientes compareciese en el Juzgado para que alegara en su defensa lo que estimase oportuno. Ya el 8 de febrero de 1940 el Tribunal de Responsabilidades Políticas siguió el auto de su condena a muerte, en el que el Estado se reservaba «la acción correspondiente para el resarcimiento de perjuicios».
Para entonces se habían embargado a su esposa los muebles y una libreta de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona con un saldo de 3,68 pesetas. Además, el citado Tribunal lo condenó a pagar «al Estado por vía de indemnización de perjuicios la cantidad de 200 pesetas». La sentencia se notificó a aquélla, que a partir de marzo pagó la sanción impuesta a su marido, «como responsable político», en varios plazos.

Fotografía: Archivo fotográfico FPI

Fuentes:

A. GARCÍA-SANZ MARCOTEGUI, Diccionario biográfico del socialismo histórico navarro. Pamplona, Universidad Pública de Navarra, 2007, pp. 236-251