Herrera Petere, José

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Herrera Petere, José

Nacimiento: 1909, Guadalajara, provincia de Guadalajara

Fallecimiento 7/2/1977, Ginebra (Suiza)

Biografía:

Su nombre completo era José Emilio Ricardo Adolfo Vicente Herrera y Aguilera, pero desde pequeño fue conocido familiarmente con el apelativo de «Petere». Su padre fue Emilio Herrera Linares, destacado militar y científico republicano, pionero de la aviación española.
Cuando todavía era de corta edad, su familia se trasladó a Madrid debido al ascenso de su padre al grado de comandante, y su educación infantil la recibió en el elitista colegio de El Pilar. Allí mantuvo amistad con el poeta Luis Felipe Vivanco y Francisco Moreno Segarra. Al terminar el Bachillerato se matriculó en Arquitectura, abandonando esta disciplina al año siguiente para matricularse en Derecho y Filosofía y Letras, graduándose en ambas licenciaturas con gran brillantez.
Fue un poeta destacado de la Generación del 27, combativo y comprometido con la libertad y la libre expresión. Participó en Nueva Revista, publicación quincenal subtitulada «Notación literaria», dedicada a la vanguardia artística. Muy próximo a Rafael Alberti, en 1931 publicó sus primeros poemas de tono surrealista en la revista La Gaceta Literaria, dirigida por Ernesto Giménez Caballero. Ese mismo año fundó, junto al pintor Manuel Díaz Caneja, la revista En España ya está todo preparado para que se enamoren los sacerdotes, sintomática de la apertura social e intelectual de la II República y de la que apareció un sólo número. Fue el fundador también, junto a José María Alfaro, de la revista Extremos a los que ha llegado la poesía española, de corta vida, y de gran expresividad de los momentos álgidos de la poesía en tiempos republicanos.
En 1931 se afilió al Partido Comunista y quiso adoptar una actitud muy activa en las luchas sociales y en la marcha de la política. Petere era sobre todo poeta comprometido y vertió todo su potencial divulgador e informador de la realidad social a través de los medios de comunicación. Su intervención en la vida cultural y política se canalizó a través de la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios (AEAR) que en julio de 1933 publicó la revista Octubre, fundada por María Teresa León y Rafael Alberti. En 1934-1935 colaboró con asiduidad en esta revista, junto a otros jóvenes poetas y periodistas políticamente afines al PCE. Igualmente sus textos y poesías se pueden encontrar en las revistas Noreste, Nuestro Cinema o Nuestra Cultura. Con el triunfo del Frente Popular, se sintió llamado a participar en política, siendo uno de los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, institución de donde nacería El Mono Azul, revista en la que también escribió.
Durante la Guerra Civil se alistó voluntario del famoso V Regimiento de Milicias Populares. Se le adscribió a la sección de Trabajo Social cuya tarea esencial era la publicación de Milicia Popular, donde trabajó como redactor jefe y también estaba encargado de la dirección de la propaganda en la retaguardia republicana y franquista, es decir, de diseñar campañas para reclutar combatientes, redactar las indicaciones para las emisoras de radio, preparar carteles, etc. Colaboró igualmente en la revista Hora de España, editada en Valencia, en la que los más famosos intelectuales de estos años publicaron sus textos, y en la publicación minoritaria Acero, que dirigía el amigo y camarada del PCE Adolfo Sánchez Vázquez. Se casó en 1937 con Carmen Soler.
De su experiencia en la contienda resultó un conjunto de obras que tienen como tema la heroica resistencia antifascista. Compuso romances y canciones en favor de la causa republicana, que gozaron de gran popularidad y que fueron después recogidos en el Romancero General de la Guerra Civil y en el Romancero General de la Guerra de España. Tradujo también algunos himnos y canciones del Ejército Rojo y fue autor de breves obras de teatro como El Fusil o Torredonjil representadas en el frente. De los años de la guerra proceden algunos cuentos, y por la narración épica sobre la defensa de la capital, Acero de Madrid (1938), le concedieron el Premio Nacional de Literatura.
En febrero de 1939 emprendió el camino del exilio. Estuvo en el campo de concentración francés de Saint-Cyprien, del que pronto salió gracias a la actuación de su padre. Vivió en París algunos meses junto a su esposa, pero más tarde se trasladó a México a bordo del Sinaia con la ayuda de la Junta de Cultura Española, dependiente del SERE. Durante el tiempo que permaneció en Francia participó en el Boletín de la Unión de Intelectuales Españoles, en el que polemizó con Corpus Barga y otros exiliados de Francia sobre el papel que debían asumir, siendo partidario de que los intelectuales participaran en la reconquista de España y de sus libertades.
En México entró en contacto con otros exiliados y colaboró con ellos en los periódicos y revistas más importantes, tanto mexicanos como los editados por los españoles. Formó parte del Comité de Redacción de Romance, junto a Juan Rejano y Antonio Sánchez Barbudo, y colaboró con asiduidad con la revista mensual mexicana Taller, de poesía y crítica, en la que escribieron José Bergamín, Francisco Giner de los Ríos y María
Zambrano, entre otros. Su firma estuvo también presente en otras publicaciones como España Peregrina, Las Españas, Ultramar, Independencia, Cultura y Democracia, Nuestro Tiempo, y en algunas mexicanas que les abrieron sus páginas como Letras de México, El Hijo Pródigo y Nosotros. Una de sus principales colaboraciones en estos años estuvo en el artículo semanal para el diario El Nacional, iniciadas en 1942 y finalizadas a finales de 1946, fecha de su vuelta a Europa.
En 1947 se trasladó a Ginebra (Suiza) como funcionario de la OIT, etapa distinta en su vida, en la que entró a formar parte del grupo poético «Jeune Poésie» dedicado a temas de mayor lirismo y menos comprometidos políticamente. Para esta organización internacional desarrolló trabajos como editor, revisor y traductor de lengua española hasta que se jubiló. Desde Ginebra viajó con frecuencia a París, donde mantuvo contactos con los exiliados en Francia, como Jorge Semprún o Francisco Giner de los Ríos. Junto a ellos siguió colaborando en el Boletín de la Unión de Intelectuales Españoles. En 1973 regresó a España por primera vez donde fue bien recibido por algunas instituciones e intelectuales. Falleció en Ginebra el 7 de febrero de 1977. [M ESF]

Bibliografía
Alba Herbajelo, Narciso, La obra en prosa de Herrera Petere o la mirada crítica de un exiliado, Tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1989.
— «Herrera Petere o la nostalgia de España», en: Juan Antonio Díaz (coord.), Castellanos sin Mancha. Exiliados Castellano-Manchegos tras la Guerra Civil, Madrid, Celeste, 1999, pp. 87-93.
Gálvez Yagüe, Fermín Jesús, José Herrera Petere: vida, compromiso político y literatura, Sigüenza, Librería Rayuela, 2001.
Gracia Mayorales, Palomo, «José Herrera Petere», en: Alfonso González-Calero, Personajes de Castilla-La Mancha, Toledo, Junta de Castilla-La Mancha, 1990. Herrera Petere, José, Cumbres de Extremadura. Novela de guerrilleros, Barcelona,
Anthropos, 1986.
— Artículos publicados en «El Nacional» de México, Madrid, Ediciones de la Torre,
1996.
Soler Llopis, Carmen, Buceando en mis recuerdos, Guadalajara, AACHE (Col.
Letras Mayúsculas, n.º 19), 2005.