La Fundación Pablo Iglesias exige a las derechas de Madrid que rectifiquen su asalto a la dignidad y a la memoria

La Fundación Pablo Iglesias, como institución sin ánimo de lucro que tiene entre sus fines estatutarios consolidar nuestra democracia y fomentar el estudio de la historia de España, manifiesta su más profundo rechazo a la decisión del Ayuntamiento de Madrid de retirar las calles y placas en recuerdo de los ministros socialistas durante la II República Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.

Tras más de 40 años de democracia en nuestro país, el Partido Popular y Ciudadanos se han unido a la ultraderecha de Vox este martes en el pleno del consistorio madrileño para, a través de mentiras y de un revisionismo histórico impropio en una democracia moderna, desvirtuar la Ley de Memoria Histórica en lo que supone una deplorable actitud de enfrentamiento y deriva a posicionamientos ideológicos de extrema derecha del Gobierno municipal. Es, en definitiva, un asalto a la dignidad y a la memoria democrática que debe ser rectificado.

El artículo 15 de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, establece que las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Esto es, de aquellos elementos que supongan el enaltecimiento, justificación o elogio del golpe de estado contra el sistema democrático que constituía la Segunda República, la guerra civil que provocó y el régimen dictatorial instaurado a continuación.

La figura de Largo Caballero, quien fue concejal del ayuntamiento de Madrid y diputado provincial por el distrito Latina-Chamberí de Madrid, ha sido largamente reivindicada por los logros políticos que alcanzó tanto para la ciudad de Madrid, como para España durante su etapa de presidente del Gobierno durante la Segunda República y Ministro de Trabajo y Previsión Social, ministerio desde el que puso en marcha medidas laborales que hoy se consagran en nuestra Constitución vigente.

Así mismo, Indalecio Prieto, que también fue democráticamente elegido como concejal y diputado en Cortes, fue Ministro de Hacienda, de Obras Públicas, de Marina y Aire y Defensa Nacional durante la Segunda República. Como titular de la cartera de Hacienda firmó la entrega de la Casa de Campo al ayuntamiento de Madrid, y como titular de la de Obras Públicas impulsó un ambicioso plan de mejora de infraestructuras en Madrid, como el de los enlaces ferroviarios, la construcción de una nueva estación en Chamartín y el túnel de enlace, bajo el suelo de Madrid, entre esta estación y la de Atocha.

Ambos murieron en el exilio al tener que abandonar España tras el golpe de estado y la posterior dictadura de Franco.

Resulta torticero y descabellado, por no decir imposible, la aplicación de dicho artículo a la propuesta de retirada del callejero de Madrid de los nombres de D. Francisco Largo Caballero y D. Indalecio Prieto Tuero, y que sus trayectorias puedan considerarse un elogio o enaltecimiento de un golpe de estado que provocó una guerra fratricida que les correspondió enfrentar y oponerse desde la legalidad institucional democrática constituida.

Por el contrario, cabría destacar en ambos como méritos reseñables el desempeño de importantes responsabilidades al servicio de España, bajo un orden constitucional y democrático como fue la Segunda República Española, que los llevó a sufrir consecuencias que más bien los situarían como víctimas del golpe de Estado, la Guerra Civil y la represión franquista.

La ultraderecha de Vox, a la que se han sumado Ciudadanos y el PP, provoca el sinsentido de utilizar como excusa a su deriva ideológica la Ley de memoria democrática. Una Ley que quiere contribuir a cerrar las heridas todavía abiertas en los españoles y españolas y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la Dictadura, profundizando de este modo en el espíritu del reencuentro y de la concordia de la Transición, en torno a los principios, valores y libertades constitucionales.

El posicionamiento hacía postulados de extrema derecha de los tres grupos políticos que gobiernan el Ayuntamiento de Madrid, rompiendo el consenso y la concordia, es un peligroso precedente que reafirma el proceso de manipulación histórica que se llevó a cabo durante la dictadura de Franco y que partidos políticos como Vox quieren mantener e impulsar de nuevo en la España democrática.

Desde la Fundación Pablo iglesias, exigimos al alcalde de Madrid y a la Junta de Gobierno del Consistorio que no apruebe dicha iniciativa y que retome la senda que se inició recién estrenada la democracia en España, donde la ciudad de Madrid, basada en el espíritu de la transición, rindió homenaje y conmemoró a figuras políticas de la historia de España que democráticamente representaron al pueblo de Madrid y al conjunto del pueblo español. En su momento, tanto la UCD de Adolfo Suarez, como la por entonces Alianza Popular de Manuel Fraga, hoy Partido Popular, se sumaron a estas iniciativas que se erigieron siempre basadas en el consenso y con el objetivo de unir a la ciudadanía madrileña en la construcción de un proyecto conjunto de futuro.

 

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