El pacto de San Juan de Luz
El día 30 de agosto de 1948 se acordó en esta localidad vasco francesa el Pacto entre el PSOE y la Confederación de Fuerzas Monárquicas, siendo los primeros desconocedores de que una semana antes se había producido una entrevista secreta de tres horas de duración entre Franco y don Juan de Borbón, a bordo del yate Azor, a cinco millas al norte de San Sebastián. Los socialistas fueron engañados por los monárquicos, pero era el único modo que tenían éstos de contar con el apoyo aliado para derribar el régimen franquista.
Los intentos se habían iniciado hacía años. El día 13 de julio de 1942, Indalecio Prieto pronunció una conferencia en el Teatro de la Comedia de La Habana, que llevaba por título el indicativo título de “Propuesta de un plebiscito para resolver el caso de España”. No era ésta la primera vez que Prieto hablaba en público de la posibilidad plebiscitaria y, menos aún, la última. Ante los indicios de una victoria aliada, y una vez Franco abandonase el poder, fueron creciendo los diversos intentos del restablecimiento de la monarquía, como el apoyo de Gran Bretaña, o la carta dirigida a Franco por ocho prestigiosos capitanes generales el 8 de septiembre de 1943, pidiéndole que dejara el poder a don Juan de Borbón. En noviembre de 1943 se constituyó en México la Junta Española de Liberación, integrada por PSOE, Izquierda Republicana, Unión Republicana, Esquerra Republicana de Catalunya y Acción Republicana de Catalunya, siéndolo en agosto de 1944 también en Toulouse, añadiéndose el Movimiento Libertario Español.
El 5 de marzo de 1946, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia emitieron un comunicado conjunto, luego conocido como “Nota tripartita”, sobre el problema español: tras declarar su propósito de no inmiscuirse en los problemas internos de España, propugnaban que destacados españoles patriotas y liberales provocaran la renuncia pacífica de Franco, la supresión de la Falange y el establecimiento de un gobierno provisional que facilitase al pueblo español la oportunidad de determinar qué régimen prefería, eligiendo libremente a sus gobernantes, y descartando la intervención extranjera directa. El 12 de diciembre de ese mismo año, la ONU hizo suyas las líneas maestras de esa misma Nota.
La última semana de julio de 1947 se celebró en Toulouse una Asamblea de delegados socialistas en el exilio que toma la decisión de retirarse del gobierno republicano para entablar conversaciones con las fuerzas monárquicas, con excepción de los comunistas, que anteriormente habían rechazado el trato con este gobierno insinuando que aceptarían establecer relaciones con el PSOE. Tal resolución provoca en los siguientes meses la dimisión de Rodolfo Llopis al frente del gobierno republicano y de Enrique de Francisco como presidente del PSOE y vicepresidente de la UGT. El 18 de octubre de 1947 se celebra la entrevista en Londres entre Prieto, Gil Robles y Ernest Bevin, secretario del Foreign Office, con objeto de que Gran Bretaña sirviese de intermediario con Naciones Unidas para resolver el problema español.
La última semana de marzo de 1948 se celebra en Toulouse el 16º Congreso del PSOE que rechaza mayoritariamente –5.904 votos, contra 615 y 159 abstenciones– el proyecto de resolución condenando y anulando los acuerdos de julio de 1947, eligiendo a Prieto presidente del partido. El 10 de mayo se celebró en La Haya el Congreso para la Unidad de Europa, al que acudió Prieto por iniciativa de Salvador de Madariaga, teniendo la oportunidad de defender su postura y consiguiendo que la práctica totalidad de los delegados diera su apoyo a la “Nota” de la ONU.
Durante la primavera de 1948 se produce una continua, dura y equívoca negociación entre los representantes monárquicos, dirigidos por Gil Robles, y Prieto, en cuanto al texto a acordar y a la forma de hacerlo público. Consecuencia de todo el confuso proceso del acuerdo es la divergencia entre las fechas facilitadas por los distintos autores para oficializar éste –28, 30 de agosto, o 3 de septiembre–, así como sobre los negociadores. Si bien los socialistas fueron Indalecio Prieto, Trifón Gómez, Antonio Pérez y Luis Jiménez de Asúa, los monárquicos serían José María Gil Robles, Pedro Sainz Rodríguez, Félix Vejarano y el conde de los Andes, aunque se negaron a dejar sus firmas en el documento pactado, debiendo conformarse los socialistas con que fuese entregado por separado el 6 de octubre en las cancillerías de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, con la firma de sus cuatro representantes. Si bien las ejecutivas del PSOE y la UGT aprobaron de inmediato lo pactado con las “fuerzas antifranquistas” (no emplearon el término “monárquicas”) sin reserva alguna, hasta noviembre no se hizo público el acuerdo.
Éste fue dado a conocer por la BBC londinense al tiempo que desmentido por Gil Robles, lo que supuso la sorpresa de Londres y Washington. En la segunda quincena de octubre, Vejarano confirmó que los monárquicos entregarían el texto en las embajadas en Madrid de los seis países, sin nominar a sus negociadores. Por fin, el 31 de octubre, el general Aranda entregaba la copia del acuerdo en la embajada británica madrileña. Y hasta marzo de 1949 no se constituyó el Comité Interior de Coordinación entre monárquicos, anarquistas y socialistas, en paralelo al Comité de Enlace entre PSOE y monárquicos en el exterior.
A pesar de la ausencia de resultados del Pacto, el 17º Congreso del PSOE de junio de 1950 mantuvo su vigencia, así como a Prieto en su presidencia a pesar de su delicado estado de salud. No obstante, la evolución internacional supuso que el 4 de noviembre de 1950 las Naciones Unidas levantasen sus recomendaciones del 12 de diciembre de 1946 con respecto a España, con lo que el régimen de Franco ganaba posiciones en el reconocimiento mundial. Totalmente desengañado por su fracaso, dos días después se produjo la dimisión de Prieto como responsable del enlace con los monárquicos, así como de la presidencia del PSOE y de la vicepresidencia de la UGT. No obstante, el Congreso extraordinario de marzo de 1951 votaba a favor del mantenimiento de la alianza con los monárquicos, si bien con una cuarta parte de votos en contra.
El 15 de julio, don Juan le envía una carta a Franco en la que niega categóricamente todo tipo de connivencia con cualquier fuerza política fuera del Movimiento Nacional. En agosto de 1951 se formalizó la ruptura del Pacto de San Juan de Luz, siendo confirmada por el 18º Congreso de agosto de 1952.