Última intervención de Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados

El sur de España vivió una gran conflictividad social durante el trienio 1918-1920. Aunque tras el fracaso de la huelga general de agosto de 1917, la victoria electoral de febrero permitiese al Partido Socialista ver constituida su primera minoría parlamentaria, las condiciones de vida de las clases populares habían empeorado, a la vez que crecido el asociacionismo y el activismo obrero.

En el caso de Lucena (Córdoba), esta organización agraria era de ideología socialista, contabilizando un 10% de su población (20.000 personas), e impidiendo el arraigo de las ideas anarquistas como en otros pueblos de la provincia. La ola de frío que se sufrió aquel invierno vino a agravar más todavía la ya extremada situación padecida. La inestabilidad política motivó que se celebrasen nuevas elecciones el 1 de junio de 1919, en las que una coalición de republicanos y socialistas presentó candidatos en todos los distritos cordobeses. Por el de Lucena concurrió Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT, quien realizó diversas visitas electorales a la localidad, aunque la campaña se vio truncada el 29 de mayo por el estado de guerra decretado en toda la provincia, siendo clausurados los centros obreros y detenidos sus interventores y apoderados, así como todo sospechoso de alterar el orden público, según particular criterio. De los 8 diputados que se elegían en la provincia, los conservadores obtuvieron 5, 3 los liberales y 1 los socialistas (por Montilla), aunque estos triplicaron los resultados del año anterior. En Lucena, Caballero consiguió 4.200 votos, siendo derrotado por el cacique local Martín Rosales Martel (duque de Almodóvar del Valle), quien obtuvo 4.600. El candidato socialista presentó ante el Tribunal Supremo –con soberanía entonces sobre el Parlamento en lo que respecta a la aprobación final de las actas de los diputados– denuncias por coacciones a los electores, falseamiento de actas y atropellos de funcionarios en los distritos de Córdoba, Lucena y Montilla, tal como publicó “El Socialista” del 24 de junio. Aunque la protesta llegó hasta el propio Congreso de los Diputados, queriendo la casualidad que el intento de impugnación y consecuente nulidad del acta de Lucena fuese la última intervención protagonizada por Pablo Iglesias desde la tribuna del Congreso en la sesión del día 9 de julio, pues el deterioro de su salud le impidió cualquier otra participación posterior, a pesar de conservar su escaño hasta su muerte. A pesar de su delicado estado, y aun a sabiendas de su segura derrota en la votación final, Iglesias comenzó por mencionar en un firme y prolongado discurso el importante número de seguidores que los socialistas habían ido alcanzando en el distrito lucentino, motivo que provocó ya numerosas coacciones por parte del alcalde y el juez municipal hacia pequeños industriales y comerciantes para votar la candidatura monárquica y no las liberales o socialistas, antes de llegar a la declaración del estado de guerra. Criticó el injustificado envío a la provincia de fuerzas de la guardia civil y del ejército –decisión amparada en un inexistente conflicto social entre patronos y obreros–, cuyos miembros maltrataron, golpearon y apresaron a numerosos representantes o seguidores de las candidaturas de trabajadores y republicanos, lo que fue oportuna y urgentemente denunciado por el candidato socialista, Largo Caballero, vía telegráfica, al ministro de Gracia y Justicia, gobernador militar y presidente del Consejo de Ministros, sin resultado alguno. A pesar de todas estas adversidades, Iglesias glosó los escasos 400 votos de diferencia del candidato monárquico con Caballero en el distrito de Lucena, mostrando su orgullo por los cerca de 200.000 votos obtenidos por los socialistas en toda España, de los que más de una cuarta parte –54.000– lo fueron en Andalucía. Su comedida disertación, como es fácil suponer, fue contestada tanto por el propio duque de Almodóvar del Valle como por el mismo ministro de la Gobernación, Antonio Goicoechea, negando la totalidad de las acusaciones, entre protestas de la izquierda y vítores de sus seguidores monárquicos. Como era de esperar y, aunque el debate fue cerrado por el propio Iglesias, la inmediata votación nominal sobre el informe del Tribunal Supremo acerca del acta del distrito de Lucena, proponiendo la validez de la elección y la aptitud y capacidad del candidato proclamado, don Martín Rosales Martel, duque de Almodóvar del Valle, resultó aprobado por 175 votos a favor contra los 17 de los socialistas y republicanos. Pero, su intervención en el mismo ha pasado a la Historia como la última intervención parlamentaria de Pablo Iglesias el día 9 de julio de 1919.

#siempresocialistas

  • 00

    días

  • 00

    horas

  • 00

    minutos

  • 00

    segundos